Un día nos vamos a pegar
pero no para hacernos daño.
Yo a veces te dejo el muslo
y te digo dale,
venga, dale,
pero me das de risa.
Yo tampoco puedo,
me pongo nerviosa.
Que rabia con tanta erre.
De amor.
Otro día nos vamos a morder.
Y cada día tengo más miedo,
cuando mi brazo está entre tus dientes,
cuando mi brazo stá entre tus dentes,
cuando m braz sta ent ts dientss,
porque sé que
cada semana
que pasa
hay más ganas.
Después de revolcarnos
sobre la nieve
ciento una veces,
de resisitir el dale
y el muerde
ciento una veces,
caemos despacio
como una pluma en el aire,
las mareas se calman.
Miro el reloj,
qué tarde es,
mi vida qué tarde,
aunque sea domingo,
qué tarde.
Ya no nos da tiempo de desayunar.
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