Mi perro negro tiene dolor de barriga. Le acabo de hacer arroz blanco.
Dejé una carta escrita con la mano izquierda en el cajón de la mesita de noche. Era de agradecimiento y también era un poco de amor. Era para mis padres.
Cuando llegué a casa el buzón estaba lleno. Tuve que coger las cartas con unas pinzas de barbacoa porque no encontraba las llaves. En una de las cartas, encontré cinco vales recortados para el sorteo del viaje a graceland y unas líneas escritas en bolígrafo azul. Una única participante y una única ganadora.
La primera vez que hablé con Sofía por teléfono una ballena apareció varada a la altura de Londres. Meses más tarde, me confesó que no quería que me emborrachara esa noche. Yo llevaba puestas mis botas y di muchas vueltas en círculo por la habitación. Tras colgar, me hice un colacao.
Me voy a otra parte un par de semanas más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu mensaje secreto.