Cada día de verano, mamá llevaba a Sailor a la playa. Cada día de verano.
Los toldos eran de rayas azules y blancas como los de Muerte en Venecia, pero aún nadie lo sabía. De hecho, tampoco yo recuerdo si eran así en la película, pero estaría bien.
Sailor se plantaba en la orilla y las olas mordían sus tobillos. Un día, un mordisco demasiado grande se llevó sus pies, luego todo lo demás. El agua salada y la espuma blanca llenaron sus ojos. Cuando volvió a sentirse a salvo en la orilla, Sailor le juró miedo eterno al mar. Pasó muchos años de su vida siendo cobarde un minuto antes de ser valiente.
Prometió que únicamente le daría una oportunidad cuando todo a su alrededor estuviera perdido: su mamá, su papá, su amor, su honradez, su cordura... su su. Susurra.
Los toldos eran de rayas azules y blancas como los de Muerte en Venecia, pero aún nadie lo sabía. De hecho, tampoco yo recuerdo si eran así en la película, pero estaría bien.
Sailor se plantaba en la orilla y las olas mordían sus tobillos. Un día, un mordisco demasiado grande se llevó sus pies, luego todo lo demás. El agua salada y la espuma blanca llenaron sus ojos. Cuando volvió a sentirse a salvo en la orilla, Sailor le juró miedo eterno al mar. Pasó muchos años de su vida siendo cobarde un minuto antes de ser valiente.
Prometió que únicamente le daría una oportunidad cuando todo a su alrededor estuviera perdido: su mamá, su papá, su amor, su honradez, su cordura... su su. Susurra.
Por eso, años después está en aquel barco. Así no piensa, tiene demasiado miedo.
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