Si la cantidad de 1500 euros al año me blindara contra todos los resfriados y sus primos hermanos (gripes, neumonías, anginas, etc.) os prometo que los pagaría sin pensarlo. Estoy atravesando un catarro. Mi cabeza está dentro de un túnel, mi tos provoca desprendimientos en las carreteras de las montañas rocosas, mi boca es esa planta seca y olvidada en el balcón durante las vacaciones.
Ayer empecé a leer uno de los libros que me regalaron por mi cumpleaños: Hilo Musical, de Miqui Otero (Alpha Decay, 2010). Hay un vídeo promocional de la novela al principio de esta entrada.
Inicié la lectura con mucha ilusión, pero no logré concentrarme. Era como estar presenciando un espectáculo de magia viendo todos los trucos. ¿Por qué no me gusta algo que tiene un montón de puntos para gustarme? ¿Por qué no soy capaz de leer a Kiko Amat hasta el final? ¿Por qué no me engancha Nocilla Dream? ¿Por qué leyendo a Unai Elorriaga me retuerzo de rabia? ¿Por qué siempre son hombres?
Desgraciadamente, no me ha gustado demasiado el principio de la novela de Miqui Otero, ni los libros enteros que he leído de los autores que acabo de nombrar. No me meto dentro de sus historias porque todo el rato los veo a ellos escribiendo y escuchando música en casa, bebiendo en un bar con los amigos y comprándose unas Converse como las mías. Eso no me pasa con otros autores. Me refiero a que... es como si el escritor fuera también el protagonista principal de la novela. Parecen blogs. Eso es, parecen blogs, blogueros.
Todo esto sé que me lo comeré con patatas un día de estos, pero bueno.
Y ahora las contradicciones, que no los tambores. Reconozco que me gusta Unai Elorriaga cuando escribe que "las plantas no toman café con leche", y Miqui Otero cuando dice lo del calor seco de Madrid en el ascensor:
No sé qué hacer. ¿Dejo de leer el libro y lo retomo dentro de unos meses o aguanto hasta el final para ver si cambio de opinión? En el fondo sé que si en vez de novelas escribieran blogs me encantarían. O novelas gráficas. El problema es mío, seguro.
Ayer empecé a leer uno de los libros que me regalaron por mi cumpleaños: Hilo Musical, de Miqui Otero (Alpha Decay, 2010). Hay un vídeo promocional de la novela al principio de esta entrada.
Inicié la lectura con mucha ilusión, pero no logré concentrarme. Era como estar presenciando un espectáculo de magia viendo todos los trucos. ¿Por qué no me gusta algo que tiene un montón de puntos para gustarme? ¿Por qué no soy capaz de leer a Kiko Amat hasta el final? ¿Por qué no me engancha Nocilla Dream? ¿Por qué leyendo a Unai Elorriaga me retuerzo de rabia? ¿Por qué siempre son hombres?
Desgraciadamente, no me ha gustado demasiado el principio de la novela de Miqui Otero, ni los libros enteros que he leído de los autores que acabo de nombrar. No me meto dentro de sus historias porque todo el rato los veo a ellos escribiendo y escuchando música en casa, bebiendo en un bar con los amigos y comprándose unas Converse como las mías. Eso no me pasa con otros autores. Me refiero a que... es como si el escritor fuera también el protagonista principal de la novela. Parecen blogs. Eso es, parecen blogs, blogueros.
Todo esto sé que me lo comeré con patatas un día de estos, pero bueno.
Y ahora las contradicciones, que no los tambores. Reconozco que me gusta Unai Elorriaga cuando escribe que "las plantas no toman café con leche", y Miqui Otero cuando dice lo del calor seco de Madrid en el ascensor:
Estoy solo en algún punto de la costa mediterránea, a las puertas de uno de los mayores complejos de ocio de Europa, y hace calor de verdad. Pero no calor de estar en un ascensor de Barcelona y decir: "En Madrid es más seco". No, hace calor de querer estamparte contra un iceberg y quedarte cristalizado dentro de uno de esos insectos en una bola de ámbar. Al menos hasta que todo esto haya pasado.(Miqui Otero, Hilo Musical)
No sé qué hacer. ¿Dejo de leer el libro y lo retomo dentro de unos meses o aguanto hasta el final para ver si cambio de opinión? En el fondo sé que si en vez de novelas escribieran blogs me encantarían. O novelas gráficas. El problema es mío, seguro.
No conozco a ninguno de los escritores que dices, yo leo otras cosas , creo que la más joven es Flavia, el resto todos pasan de los cincuenta, pero la Company es una escritora que ya se ve que durara. A mi lo que no me va es hacer el proceso con los escritores , normalmente la gente aprende a escribir con los años no en las primeras obras , yo prefiero leer tíos con la obra ya madura y claro eso les pasa tarde.
ResponderEliminarBueno, yo no puedo opinar porque no he leído a ninguno de estos autores. Ya sé que queda súper pedante pero es que es verdad: con lo poco que leo prefiero dedicar el tiempo a los clásicos. También hay que destacar que el concepto de clásico para mí es tan subjetivo que asusta...
ResponderEliminarYo creo que no hay que preocuparse si algo no te gusta. Puedes sentirte más cerca de un poeta del XIX que de un moderno del XXI, y no pasa absolutamente nada.
No obstante, leeré algo de ellos, empezaré con "Hilo musical", que lo tengo cerca ;)
Besos...
PD.: Una cosa sí tengo clara: adoro la Nocilla que se come...
Opino que hay que dejar a un lado pero ya el miedo a abandonar un libro a medias. Yo el primero. Para perder el tiempo estamos, vaya.
ResponderEliminarLo de los escritores Nocilla lo hemos discutido mucho en mis clase al final de la carrera... Yo creo que si no te acaba de convencer es mejor dejarlo un tiempo apartado y luego retomarlo, o empezarlo de nuevo... Un saludo :)
ResponderEliminarExiste una generación Nocilla???
ResponderEliminarPero quién pone esos nombres!!!!
Coincido con el resto, si un libro no te convence...
Empieza el de Brautigan, te va a gustar más.
Lo de Nocilla es por la canción de sinestro total
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=gDq6qXCw2vs
mmm bueno, a mi me pasa con murakami...por mas que quiero, no puedo!!!
ResponderEliminarme distraen tantas cosas....
Francis, pero alguien tiene que leer las primeras novelas, no?? jaja Sabía lo de la canción de Siniestro Total, pero no la había escuchado nunca… Menos mal que era una "oda" a la Nocilla y no a la Morcilla.
ResponderEliminarCarol, suena bastante pedante, sí, jajaja, y también incorrecto. Es que ahora lo considerado "correcto" es lo incorrecto, qué curioso, no? Te das cuén? Leer a los clásicos es lo "incorrecto"!
Rubèn, pues sí, tienes mucha razón. Pero me da pena dejarlo, sé que puede gustarme, aún así, también te digo que en estos momentos creo que no. Lo malo es que tal vez "el momento" indicado ya ha pasado.
La Penca, anda! cuenta, cuenta… qué se dice, qué se comenta?
J. Oliva, jajaja digamos que todo viene a raíz de una novela que se llama "Nocilla dream". Me he pasado al de relatos de Nam Le.
Laura, lo que te pasa a ti con Murakami, me pasa a mí con Paul Auster, también. Pero de Murakami he leído algunos que me han gustado.