He estado haciendo limpieza de carpetas y he abierto la de los ejercicios del curso de escritura del año pasado. Este fue el primero que escribí. Tal vez los vaya pegando en el blog ahora que ya ha pasado un tiempo... no sé, puede que todos sean un rollo macabeo. Seguramente, estuve toda una mañana de sábado intentando decidir qué nombre le ponía a la chica. Suele pasarme. Durante tres años viví con una Cristina en Girona, al borde del río, a la altura del puente de hierro. Nos reíamos mucho juntas. Un día de estos tengo que ir a verla.
Cristina apunta el secador hacia su cabeza como una pistola. El aire caliente remueve el pelo de color trigo y se acuerda de las palas del helicóptero levantando el aire, dejando atrás un remolino de rastrojos y maleza.
Se viste sin ganas, podría ponerse las medias en los brazos y los zapatos en las orejas sin importarle. El único escudo que aún conserva es su barra de labios. Hace tres años le asignaron la información sobre el estado del tráfico desde el aire. Al principio, se sentía privilegiada, pero ahora ya no, está demasiado lejos, a punto de desmoronarse como el esmalte descantillado de sus uñas. Abre las puertas de cabina. Le da los buenos días al piloto y se coloca los auriculares y el micrófono. Cristina contempla con anhelo la vida de abajo, la cuadrícula de tonos verdes y amarillos que forman los límites del terreno y la masa compacta de automóviles. Lleva como una soga el grueso collar de coches que colapsa las entradas a la ciudad. Su vida tiembla con el fuselaje del helicóptero al elevarse. Ella quiere estar en la caravana, en el meollo. Bosteza y anota en una libreta el punto en el que se encuentra un coche averiado. Amanece.
Cuatro mil metros más abajo espero su voz, que baja desde el cielo y se cuela en mi coche todas las mañanas. Las luces de freno, los intermitentes locos, los faros encendidos, iluminan mi cara. Si yo fuera Chet Baker, llevaría una trompeta en el asiento de al lado. Durante la retransmisión, escucho de fondo el ruido de los rotores del helicóptero, un ritmo continuo y rápido, parecido a los latidos de un perro.
Et recomano el documental "Let's get lost"... En Chet era tot un personatge :)
ResponderEliminarMe gusta mucho, Paola...para ser el primero que escibiste al principio del curso pasado está genial. Yo cuando leí el primero me dijo la profe: ¿dónde está el conflicto? ...y estoy hasta los ovarios de obligar a poner un conflicto y un desenlace en todo lo que escribimos. Este no lo tiene y tiene mucha belleza. Para mí no es necesario que siempre haya un conflicto, aunque en algunos relatos sí que lo sea
ResponderEliminar...si al final van a tener razón, que para eso son los profes..jajaja.
besos
Que buena eres escribiendo, nena...
ResponderEliminarMe gustas!!!
Bah, hace tiempo que lo sé!jajajaja
Amo a Chet, Paola mía.
ResponderEliminarLet's get lost.
Es genial empezar el día leyendo algo así... Bon dia! :)
ResponderEliminarBuenísimo! Me gusta mucho como escribes, Paola!
ResponderEliminarme encantas, como siempre,
ResponderEliminarcomo Chet Baker :)
Joanaina, no l’he vist encara! A veure si cau un dia d’aquests…
ResponderEliminarEtcétera, gracias por leerlo. Sigues haciendo algún taller este año? Yo estoy en un curso de novela. Me estoy volviendo una persona conflictiva.
migae, tú que me lees con buenos ojos ! ;)
Ra, yo también. Le juro amor eterno.
Pellizcame, lo mismo digo. Bona nit!!
Anónimo, me gusta tu entusiasmo :D
Duna, si que tiene seguidores Chet Baker!! Ayer descubrí que participó en una peli italiana… Busca “arrivederci “+ “chet Baker” en Youtube y verás. :D
...Chet Baker cantaba como si fuera a desvanecerse y luego, cuando regresó del infierno después de años, cantaba como si estuviera a punto de morir, como si hubiera sido testigo de algo terrible y quisiera decírnoslo con su voz, con su trompeta o con sus cicatrices...
ResponderEliminar...Besos...
El curso pasado hice un curso de relato corto...pero este año mi presupuesto no me da para continuar. Lo intentaré en enero, a ver si puedo. Creo que es muy positivo que te obliguen estando apuntada a un grupo.
ResponderEliminarTe admiro porque yo no podría escribir una novela, no tendría paciencia, lo mío son los relatos cortos o los microrelatos.
besos y mucho ánimo para continuar con tu novela..
Hermosa historia, Paola. Gracias por esos relatos-regalos tuyos. Y sí, tanto conflicto... ¿es realmente necesario, siempre? En un relato de espionaje, triángulos amorosos.. ok. Pero hay textos que, simplemente, desean reflejar un momento de vida, una vida cualquiera, y no pierden por ello un ápice de intensidad. Recuerdo tu descripción de un amanecer en la carretera, tan hermoso, Paola. Era como estar ahí. La mentalidad oriental no necesita conflicto; sólo nosotros, que somos una pandilla de yankees XD. ¡Abajo el conflicto! Un abrazo!
ResponderEliminarHola Paola, siguiendo tu pista por el Spotify he descubierto el grupo Pony Bravo, una semana tarde , veo que tocaron en Barcelona hace nada. Los fuistes a ver.
ResponderEliminarMiguel Ángel, es verdad, es verdad, todo lo que dices. Sabes, al principio, le criticaban mucho su estilo, por cómo cantaba, pero creo que su voz y su trompeta fueron algo grande y excepcional. Besos!
ResponderEliminarEtcétera, sí, suelen ser caros estos cursos… A mí también me va bien eso de tener la obligación de ir escribiendo, al final te acostumbras y sabes que, bueno, si no puedes salir un sábado porque tienes que presentar algo pues te sacrificas, lo haces por gusto. Lo de la novela, a mí también me parece complicado, me da miedo, por ejemplo, que mi historia deje de interesarme, me canse, supongo que será normal, temores de principiante! Besos.
Eva, yo estoy aprendiendo mucho sobre la mentalidad oriental en Taekwondo. Nuestro maestro es coreano y los viernes nos habla de filosofía y medicina oriental, porque casi siempre coincide que nuestros compañeros hacen campana y estamos solas con él, nos da como una clase particular, es genial. Sobre los conflictos, bueno, en este texto, creo que ella sí tiene un conflicto, no quiere estar ahí arriba, en el helicóptero, no le gusta su vida, etc. Esa era la idea. Un besote :)
Francis, no los he ido a ver. Yo tengo a Pony Bravo en mi Spotify?? Los buscaré! Por cierto, el Gatamala está de lujo, fui hace tiempo, pero recuerdo que las tapas estaban riquíiiiiisimas.
Adoro a Chet, los viernes por la noche y los domingos por la tarde.
ResponderEliminarUn beso, aviadora.
joder, qué buena eres, paola.. desde la primera imagen, me ha parecido genial.
ResponderEliminartu casa de girona, puedo imaginarla ,)
un beso grande
y a propósito de surcadoras de cielo;
ResponderEliminar(The Sky Crawlers)
http://www.youtube.com/watch?v=voWeZ-QEgqQ
...es una peli que me encantó en su día...es lenta...tienes que verla.
: )
y con ml blog no se que voy a hacer..llevo un cacao en la cabeza...
Es que lo de cambiarse de blog es un cacao... Haz caso a lo que te diga tu corazón de blogger ;)
ResponderEliminar