Yo estuve un año sin teléfono pero cómodo, con una cabina justo al lado del portal y viviendo en un primer piso. Tenía una moneda trucada y sabía cómo llamar gratis, aunque eso duró poco porque al poco empezó toda la revolución de la telefonía móvil y hasta las cabinas empezaron a desaparecer. Han desaparecido tantas y tantas cosas en sólo unos años que asombra mirar atrás.
Me encanta tu escritura, con esas ligaduras tan bonitas y tanta variedad en una misma letra. Sólo por este detalle ya el móvil gana a la cabina por KO técnico.
Fíjate, tampoco hace tanto tiempo. Recuerdo que en mi primer año de carrera me compraron un móvil para tenerme controlada en el piso de estudiantes, y parecía un armario, el teléfono. Únicamente tenía un amigo al que poder enviar sms, que era una cosa extrañísima que me costó una barbaridad entender porque yo le decía, pues ya te llamo y ye digo lo que sea, no hace falta que te lo escrib!. Ay, qué cosas. Claro que, pensando pensando, de esto hace ya 12 años. Mi letra se ve afectada por la redondilla que tengo que escribir en la pizarra. No veas lo que me cuesta... Besazo enorme!
Mi primer año de universidad no tenía teléfono móvil, así que también era una de esas chicas que hacía cola para llamar en la cabina de la plaza. Mi madre siempre hablaba muy deprisa para que no me gastara mucho dinero ,)
Hace un par de semanas volví por allí, después de años sin hacerlo. Quitaron el teléfono, pero sigue estando la cabina. Quizá como homenaje a los nostálgicos de viejos rituales bonitos.
Cuánta facilidad para entender tu letra, es como si significaras a través de otro código. En París encontré hace poco una cabina teléfonica repleta de cartones, y un colchón sobre el que dormía un hombre cual mueñeco de plástico. Beso. Mary
Yo estuve un año sin teléfono pero cómodo, con una cabina justo al lado del portal y viviendo en un primer piso. Tenía una moneda trucada y sabía cómo llamar gratis, aunque eso duró poco porque al poco empezó toda la revolución de la telefonía móvil y hasta las cabinas empezaron a desaparecer. Han desaparecido tantas y tantas cosas en sólo unos años que asombra mirar atrás.
ResponderEliminarMe encanta tu escritura, con esas ligaduras tan bonitas y tanta variedad en una misma letra. Sólo por este detalle ya el móvil gana a la cabina por KO técnico.
Fíjate, tampoco hace tanto tiempo. Recuerdo que en mi primer año de carrera me compraron un móvil para tenerme controlada en el piso de estudiantes, y parecía un armario, el teléfono. Únicamente tenía un amigo al que poder enviar sms, que era una cosa extrañísima que me costó una barbaridad entender porque yo le decía, pues ya te llamo y ye digo lo que sea, no hace falta que te lo escrib!. Ay, qué cosas. Claro que, pensando pensando, de esto hace ya 12 años. Mi letra se ve afectada por la redondilla que tengo que escribir en la pizarra. No veas lo que me cuesta... Besazo enorme!
ResponderEliminarMi primer año de universidad no tenía teléfono móvil, así que también era una de esas chicas que hacía cola para llamar en la cabina de la plaza. Mi madre siempre hablaba muy deprisa para que no me gastara mucho dinero ,)
ResponderEliminarHace un par de semanas volví por allí, después de años sin hacerlo. Quitaron el teléfono, pero sigue estando la cabina. Quizá como homenaje a los nostálgicos de viejos rituales bonitos.
(me encanta esta entrada. eres guay, paola)
Cuánta facilidad para entender tu letra, es como si significaras a través de otro código. En París encontré hace poco una cabina teléfonica repleta de cartones, y un colchón sobre el que dormía un hombre cual mueñeco de plástico.
ResponderEliminarBeso.
Mary