Hoy he intercambiado miradas a través de un espejo con una chica a la que suelo ver siempre en el gimnasio. Yo me estaba arreglando el pelo -después de la ducha- y por el espejo he visto cómo me observaba. Ha sido como mirarse en otra dimensión. ¿No es alucinante lo que puede llegar a suceder en los gimnasios?
A mí nunca me sucedió nada en el gimnasio, y al final lo dejé.
ResponderEliminar