domingo, marzo 10, 2013

serotonina, por favor






Vamos a girar la llave, vamos a hacer que el motor arranque, pero creo que las tardes de domingo son igual en todos los sitios. 

Yo conducía un coche negro que aún llevaba cintas de cassette y queríamos ir a Memphis a ver la casa de Elvis. Hablábamos diez idiomas y no faltaba nada en nuestro cv. Aún así, aborrecía las clases por la tarde en la universidad, pero descubría piscinas azules y vacías, llenas de promesas, mientras la voz de Virginia Díaz me acompañaba en la radio.
¿Cuando sucederá lo siguiente? Porque lo siguiente que sucederá será extraordinario. Lo decían las canciones, los libros y las películas. Lo decía yo. Tengo que hacer algo, pero no sé qué, para que suceda.

5 comentarios:

  1. Lo acabas de hacer...mira lo que has escrito...

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  2. Anónimo10:21 p. m.

    Pararse a orilla del mar, sólo pararse, y dejar que las olas vayan y vengan, deja una marca en el mundo alrededor de los pies. La mera existencia mueve quién sabe qué universos, pero de que los mueve, los mueve ;)

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  3. Las piscinas si eran como las de los cuadros de David Hockney ya merecen la pena:)
    Para que suceda algo: Poner en movimiento tu pensamiento

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  4. Yo creo que esa no es la pregunta correcta. Prueba con: ¿Que debo hacer si vuelve a suceder?

    La vida no tiene mando a distancia.

    Pasé por casualidad. Casi como todo. Un saludo

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  5. Juraria que he escrito algo sobre esto antes. Decía que la pregunta correcta no era esa. Sugería quizás: ¿Qué hacer si sucede de nuevo? y me parece recordar que hacía una referencia a que la vida no tiene un mando a distancia, o algo así, porque, por ejemplo, además de la curiosidad como puede ser el caso de la gente que se para a leer un blog, también está la casualidad, ese camino desbocado. Creo que acababa con un saludo pero no me hagas mucho caso.

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