La energía de junio se acaba. Hay luna llena. Se oye algún petardo en la calle. Estoy bebiendo un vaso de sangría en la terraza.
Hoy he gabado dos vídeos: en uno se veía una hamaca vacía bajo el sol y en el otro una hamaca conmigo bajo el sol. Luego los he cortado y los he mezclado alternando segundos de hamaca vacía y segundos de hamaca conmigo. El efecto era algo fantasmagórico y también dual: la ausencia y la presencia. No lo he hecho ni para enseñarlo ni compartirlo. Sólo para pasar el rato, ha sido un poco divertido.
Siento una tristeza ajena, como si no fuera mía. Como si me la hubieran prestado unos días. No la conozco y es extraña. Intento pensar en lo bueno. Intento esperar pacientemente. Pero no logro ser consecuente, me asusta mucho no saber qué hay después.
El lugar en el que me siento mejor estos días es en la sauna, sobre todo cuando estoy sola allí dentro. El calor húmedo y ese leve aroma a menta me reconforta, es como estar en brazos de un amor que dura solo un rato pero que es increíble. Puede que ese calor sea el del útero. Puede que deba volver a nacer.
Me voy a dormir. No hay mucho más para mí esta noche.
Me voy a dormir. No hay mucho más para mí esta noche.
Ayyyyyyy, Aviateur, ni me hables de úteros, que en el mio se ha instalado un pólipo que deben echar y me da pánico la anestesia. Aunque bien pensado si me quedo por ella en el mundo de los sueños tampoco está mal...
ResponderEliminarBesos y a disfrutar de la sangria en las noches de verano cuando nadie te espera...(tambien tienen su encanto).
"Siento una tristeza ajena, como si no fuera mía. Como si me la hubieran prestado unos días. No la conozco y es extraña" qué buen concepto. A veces viene sin avisar y no sabes si llamarla de tú o de usted. Si es grave, si es leve, si está de paso... been there.
ResponderEliminar"luna llena, siempre envuelta en un halo de lunática tristeza..."