Suena el riff de Nightcall en el televisor.
El motor de nuestro coche arde en el aparcamiento.
Contemplamos el fuego tras la ventana de una habitación.
Ilumina nuestros rostros.
Sé que todo lo soñé alguna vez.
La luz de la tarde es escarcha.
El satélite de Google acaba de fotografiar
un punto del planeta en llamas.
Brilla desde tan lejos,
como aquel anillo de oro lanzado al mar,
desde tan lejos,
como un continente nuevo.
Desde tan lejos empezamos a bailar, pero sin que sea bailar, moviendo los hombros y la cabeza con la pulsación del compás cuatro cuatro, chasqueando los dedos en el segundo y el cuarto tiempo. Saltamos a la cama revuelta. Tus labios tocan la boca de la botella de champán y das un trago muy largo. Yo hago lo mismo después.
Lo repetimos varias veces.
Desde tan lejos es besarte.
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