He logrado tomar fotografías de los lugares por los que me muevo cada día.
La primera fotografía es la más controvertida, no todo el mundo logra verla. Es la del bosque insignificante. Quién no la ve ignora el lugar y lo que hay en él, o puede que no lo identifique, eso es todo. Que cada uno saque sus propias conclusiones sobre el hecho de poder ver o no ver la imagen. En el bosque, las ramas de los árboles no dejan pasar la luz y hay mucha humedad. La temperatura no es agradable. A pesar de ser en sí mismo salvaje, es un lugar en el que no existe la esperanza. Tampoco existe el amor ni la confianza ni la justicia. En el bosque insignificante todo fue alguna vez.
ciudad dual |
La segunda fotografía es de la ciudad dual. Hay tiendas, restaurantes, bares, calles, naves industriales, edificios, recuerdos, ambulancias, supermercados, cines, autobuses, metro, bicicletas, playa, gente, coches, aparcamientos subterráneos y al aire libre, parques, niños, algunos amigos. En la ciudad hay movimiento y un corazón que bombea. Hay pasos y ascensores, muchas caras, esquinas sucias y avenidas. Basura. Personas que buscan en ella. Callejones y barandillas. Conocidos. Conversaciones. Bibliotecas. Un aeropuerto que es una salida y una entrada. Existen en ella muchos pensamientos. Su energía es dual, puede llenarte o vaciarte.
casa sin ancla |
La tercera fotografía es la de la casa sin ancla. En la casa hay silencio y hay música. Hay películas, series, libros, guitarras y sofá. Hay cama, plantas, calefacción y sillas. Luz natural y artificial. Jamás se desborda. Existe una puerta que se abre y se cierra. Hay café, leche, macarrones, tomate. Cazuelas. Sartenes. Ropa. Una cama. Invitados. Llamadas de teléfono. Un contestador con una luz roja que parpadea. Como no está anclada, se mueve entre la alegría y la tristeza.
lugar isla |
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