La noche de luna llena descubrí algo en
los tejados que se ven desde mi terraza: un gato blanco juega a
perseguir un grillo. Lo observé en presente.
La brisa de la tarde convierte mi terraza en un barco. Eso también.
Las plantas de mi terraza crecen siempre. Incluso esas pequeñitas que me regaló Eva NY hace un año,
unas que tienen nombre genérico planta. Hay una que se queda mustia si
no la riego y baja las ramas. Le doy agua y al cabo de unos minutos
revive. Las amo.
Mi balcón está "pelao"
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