He recuperado una especie de gabardina gris oscura, en forma de capa. A veces la llevo con mi gorra verde y azul, la de la avioneta pintada con mis iniciales delante. Es lo más parecido a un tatuaje.
De esa guisa sospechosa entré ayer en un "H&M" infernal y acaricié todas las braguitas que pude. Estuve buscando unas para ti. Pensaba enviártelas anónimamente dentro de un sobre marrón con una breve nota. Así, en plan psycho killer. Pero si se pierden mis cartas, dudo que te lleguen mis bragas. Imaginé que otra persona las deslizaría por tu piel hasta quitártelas, puede que la noche de fin de año, u otra cualquiera. Entonces, cambié de opinión y salí de esa especie de ensueño de encaje en el que me había sumergido.
Creo que si entro en un centro comercial y empiezo a acariciar todas las bragas que pueda, se me llevan esposado (aunque pueda sonar irónico y contradictorio...)
ResponderEliminarEso te pasa por ser hombre jajajajaj
Eliminarsuficiente desgracia tengo con ser del sexo débil como para que, encima, me lo restriegues por la cara (como si no tuvieras suficiente con las bragas del centro comercial... ;D)
EliminarWow menudo post. Me ha encantado.
ResponderEliminarHelena! Qué guay verte por aquí! a ver si me pongo y te mando un mail. Muchos besos!
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