martes, diciembre 22, 2015

Otras navidades sin novia






Ayer soñé con un rosal precioso. Pero, al parecer, estaba lleno de termitas. Mi mayor miedo era que las termitas se fueran a las vigas de mi casa. Mi madre me decía que no, que se irían a mi cabeza. Mi madre, como siempre, alarmista. A todo esto, yo escribía una carta de amor.


Estos días, tal vez porque llega la Navidad, estoy recordando lo mal que me sentía el año pasado. Me despertaba entre cenizas. Hoy me he alegrado tanto de estar a salvo, que de camino a la playa he dado una vuelta en el aire. Y luego otra. Y luego otra más. En plan bailarina. El agua estaba helada. Ahora me duele todo el cuerpo. No sé si por el frío o por quedarme trabajando hasta tarde. He recuperado el placer por el estudio.

Por la tarde, una persona me ha declarado sus sentimientos. Como cuando íbamos al cole. Ha sido desconcertante. Una se despierta por la mañana y no piensa que alguien, de pronto, vaya a abrir una caja hermosa. Lamentablemente, no puedo corresponder. Una pena, la verdad, pero no puedo. Sólo un amor huracanado podría llevárselo todo. Yo, si no hay peligro de huracán, no me despeino. Me quedo en casa con mi guitarra, mis libros, mis novelas sin escribir, el neopreno.

En fin, otras navidades sin novia. Ya son las terceras. Aunque, en cierto modo, estuve en un invierno del otro hemisferio enamorada, tal vez podría contar como navidades. Recuerdo que el 25 de julio de aquel año esperaba que en cualquier momento apareciera un papa noel por la calle. Era todo tan navideño. Los barquillos, los abrigos, las bufandas, la nieve en la montaña. Nos hacemos una idea.

Viendo una película de Win Wenders en la que había una chimena inquietante, he recordado la última vez que le eché leña a un fuego, y no en sentido figurado. Nos discutimos. Ella decía que no sabía encenderla. Yo le decía que no, que se hacía así. Me jodió mucho. Drama absurdo. Creo que ahora no me enfadaría porque he madurado. Le daría un beso y dejaría que la encendiera a su manera.




















7 comentarios:

  1. Le daría un beso y dejaría que la encendiera a su manera. Ese es el modo de que algo continúe. No es ningún seguro, qué absurdo, pero es la manera de que lo que sea pueda llegar a ser. Saber encender un fuego es un asunto muy serio. Pequeñas tonterías. Oh, no, nada de eso. Es lo más importante del mundo. De acuerdo: le daría un beso y dejaría que la encendiera su manera. Fin.

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  2. Nunca se sabe si el amor llegará pausadamente o en forma de huracán devastador..yo, como tú, solo quiero que arrastre todo lo que haya por el camino, a veces para mal, pero bueno.. mi problema es que las navidades hacen que mis sentimientos se intensifiquen, es decir, si estas sola me siento más sola, si tengo problemas hago de ellos un dramón...nada q lo que quiero es que pasen prontito..besos Vaggio,
    PD: Lo de tener novia esta sobrevaloraoo, jeje

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    1. hola, noor: a mí siempre me ha llegado de forma huracanada, puede que sea la única forma que conozco y me esté perdiendo otras. Las Navidades son así, una caja de resonancia. Totalmente sobrevalorado, y estar soltera/o, también. ;)

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  3. Justo anoche hablaba con una amiga tan intensa como yo sobre eso de los amores a fuego lento vs. los huracanados, que son los únicos que entiendo como tales. Es curioso, porqué soy más dado a tener novietas/follamigas/amantes/llámalo-como-quieras en invierno, que no en verano. Será para quitarme el maldito frío de encima...

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