viernes, enero 08, 2016

A salvo en la selva



Al deshacer la cama antes de dormir, al deslizar el nórdico y la sábana, colocar bien la almohada y desnudarme para ponerme el pijama, me he dado cuenta de que todavía la echo de menos. Era mi familia. Todo estaba bien en la selva. Estábamos a salvo.

 Mañana tengo una reunión. Tengo ganas de levantarme a fumar. Tengo ganas de comprarme una peluca. 

2 comentarios:

  1. Todos necesitamos guaridas. Y no es para menos, con toda la mierda que nos espera ahí afuera...

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  2. Hay más peligros en la ciudad, entre la gente, que en la selva...
    Un abrazo.

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