Esta mañana, cuando he escuchado la noticia, he recordado mi adolescencia. Esa etapa en la que piensas que un día, de mayor, vas a tener amigos como los de la Beat Generation, o como Patti Smith, que vas a tocar la trompeta en Nueva York, que vas a escribir El Guardián entre el centeno, que vas a encontrar vivo a Jim Morrison en una isla del Pacífico, que vas a vivir en Buenos Aires un tiempo. Por lo menos, eso creía yo.
En aquella época solía hacer los deberes en una biblioteca muy agradable, con lamparitas y luz cálida, una que ya no existe. Casi siempre iba con mi vecina y los demás. De vez en cuando, salíamos a la calle y nos congelábamos de frío. La bibliotecaria todavía apuntaba a mano mi número de lectora en una tarjeta de cartulina que iba metida en un bolsillo de plástico al final de los libros. Cuando pedías en préstamo uno, se quedaba la tarjeta y la archivaba hasta que lo devolvías. Durante aquellas tardes, en las que siempre era invierno, solía pedirle que me sacara todos los números de la revista Rock'n'Roll Popular 1 para hacer fotocopias y recortar fotografías. La bibliotecaria, que se llamaba Sonia, era mi Google de la época. Recuerdo cuando investigué los presuntos casos satánicos que giraban en torno a Led Zeppelin. Fascinante.
Luego volvía a mi casa con todo aquel mundo en mi cabeza, un mundo lejano al que siempre íbamos a llegar algún día, porque estaba suspendido en un tiempo que no era pasado exactamente... era algo distinto.
En la biblioteca leí todos los libros que había sobre historia del rock, sobre todo biografías: Jimi Hendrix, Jim Morrison, Rolling Stones, Janis Joplin, Bob Dylan... Y David Bowie, claro. Justo había descubierto Space Oddity y sonaba tan bien... Me sabía los acordes y los tocaba con la guitarra. El inolvidable DoM seguido de Mim. La cuenta atrás. Era tan bonito que Tom pidiera, en su última comunicación con la Tierra, que por favor le dijeran a su mujer que la quería mucho... Me emocionaba esa parte. Supongo que yo podría ser Tom, ahora.
Recuerdo aquellas tardes como una película. Me veo allí sentada, con el libro sobre Bowie en la mesa, los walkmans puestos y la carpeta de los deberes sin tocar.
Jamás se me pasó por la cabeza que Bowie moriría.
Recuerdo aquellas tardes como una película. Me veo allí sentada, con el libro sobre Bowie en la mesa, los walkmans puestos y la carpeta de los deberes sin tocar.
Jamás se me pasó por la cabeza que Bowie moriría.
"Space Oddity" 1972 from David Bowie on Vimeo.
Llevo todo el día escuchándolo (también ahora)... :__( El viernes colgué el video de 'Starman' en su honor, porqué era su cumpleaños. Y ese oscuro último disco que me parecía bastante flojito resulta que era un epitafio y un adiós. Haciendo de su vida arte hasta el final. Joder, me cuesta creer que haya muerto. Me pasó con Amy, con Lou, con Kurt... personajes que son como de la familia; o mejor aún, como amigos, que te enseñan cosas, te desafían a superar tus límites, y a atreverte a ser diferente, a cuestionártelo todo, y a hacer lo que los mayores no te permiten hacer. Si ellos mueren, cómo no lo vamos a hacer nosotros cuando nos toque...?
ResponderEliminarYo le descubrí sin ser consciente de ello: mi padre tenía el vinilo de 'Space Oddity', y recuerdo que lo ponía en el pequeño estudio donde vivíamos cuando yo era pequeño. Me sonaba extraño, pero había algo magnético y que te hacía prestarle atención. Con el tiempo, mi independencia y las mudanzas, me acabé llevando ese vinilo, y lo tengo en mi casa. Ya de adolescente un amigo me hizo descubrir 'Ziggy Stardust', y a partir de ahí le fui descubriendo. Mi rabia infinita será no haberle visto en el Dr. Music Festival, por culpa de la maldita objección de conciencia y de la puta zorra jefa que no me permitió cogerme fiesta para poder ir, y a la que hoy vuelvo a odiar, 1000 años después. Cada año tenía la esperanza que lo trajeran al Primavera Sound, pero ya no podrá ser; me quedaré sin verle. Otra espinita más... planet earth is blue, and there's nothing I can do.
¿Sabes? Esa exjefa suya se merece lo peor que pueda pasarle a alguien, y lo digo completamente en serio. Porque hay que ser muy mediocre y muy pobre de espíritu para no concederle a alguien un sólo día para ver en directo a un genio, y que esa decisión le suponga a ese alguien una frustración de por vida. Estúpidos jefecillos cuya única prioridad en la vida es algo tan insignificante como no faltar al trabajo.
EliminarCon la muerte de Bowie hemos muerto todos un poco. Con él se ha ido una etapa entera de la historia.
Y lo peor es que ni tan siquiera era un trabajo remunerado; era la puta objeción de conciencia, algo que hacía obligado por una puta ley absurda de un país de mierda que sigue teniendo rey, e instituciones como la Iglesia, o los militares, y demás signos de mediocridad moral y humana, y de estúpidas jerarquías de desigualdad. Justo todo lo que Bowie no representaba. Odiaré a todos los que me obligaron a pasar por ello, y celebraré signos de rebeldía como el que tuve dejándolos plantados un día en mitad de un acto... a la mierda con ellos!
EliminarLa muerte de Bowie es la muerte de todo lo que amamos.
ResponderEliminarTodos nuestros recuerdos llenos de sus canciones, desde la infancia (Rubber Band), el concierto en el Calderón a los 15 años (yo sí lo vi, descendiendo del cielo sentado en un trono de telas de araña), el momento de arrogancia en la juventud, cuando dijimos 'Nah, Bowie para mí terminó en 1984', y entonces, 15 años después, Thursday's Child te rompe de nuevo el alma.
Y hace cuatro días vuelvo a mi viejo blog, le felicito el cumpleaños, escucho ★ y me encanta ese tema largo como una historia que contiene tantas. Y ayer.
Ayer fue horrible.
El resumen es: envejecemos y cada vez nos quedamos más huérfanos.
Nos vamos a morir todos y Bowie es un genio como pocos.
Ashes to ashes y que la tierra le sea leve.
Menos mal que nos queda el vermut de los domingos, querida.
Besos.
Quizás sea más nostalgia que otra cosa, no lo sé, pero cada vez que nos dejan ciertos personajes miro alrededor buscando algún sustituto más joven y casi nunca lo encuentro..
ResponderEliminarQuizás los que crecimos refugiados en mudos que sólo existieron en nuestros libros y nuestra imaginación seamos más propensos a la nostalgia...
:´(
ResponderEliminarJoder.
Los seres legendarios no deberían morir.
Hola Paola!
ResponderEliminarCuando me comentaste que estabas escribiendo una entrada sobre Bowie, pensé que hablarías de él. Me ha encantado que el texto hablase de ti. Me ha llegado, te comprendo tan bien. Gracias por compartirlo.
Pd. lo he leído con la canción de fondo, of course ;)
Besos guapa