Ayer estuve jugando a ping pong en la calle. Pasé muchas horas de mi infancia en los "pimpones", justo después de la piscina. Solía jugar descalza porque con chanclas me resbalaba. Cuando volvía a casa, mi madre me obligaba a ir directa a la ducha a lavarme los pies sucios. Ayer tarde, mientras devolvía la pelota e intentaba matar, pasaron un par de ex-alumnos que se dirigían al colegio; eran las tres. Uno de ellos me miró y sonrió, probablemente me reconoció. En su mente de niño seré la profesora que se fugó y dejó las clases para jugar a ping pong. Me encanta poder aparecer así en la memoria de alguien.
Ya decía yo.
ResponderEliminarVolveremos al correo postal: cruza los dedos. ;)
De parte de la que se clava los verdes, Estelares en 1996: Pelotitas de pinpón
Me da miedo escuchar "Pelotitas de pinpón", no sé no sé!
ResponderEliminarNo me extraña.
EliminarSigo sintiéndome triste
con las vueltas que da la vida
de aquí para ashá,
cual pelotita de pinpón,
es así de gris la vida, es así opaco este amor .
Y vos que hoy no estas aquí
y sho que estoy siempre ashá...
Muy argentino y mucho argentino y de los muy mucho 90's.
Yo también jugaba de pequeño, en el cámping con mis padres, o con algún amigo del cole en algún salón recreativo. Y como era pequeñito, me costaba llegar a la red cuando me hacían alguna dejada. Me encantaría saber cómo me imaginan los demás. Ni que fuera para reírme de que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia...
ResponderEliminarQué tierno! Supongo que a mí también me costaba, recuerdo quedarme con los pies colgando subida en la
Eliminarmesa jaja tratando de devolver alguna pelota
A mi me gustan las personas mortales.
ResponderEliminarY mucho las que gustan de ser recordadas por dejar algo que no las llena por jugar a cualquier cosa que las haga sonreír.
:) Buena observación!
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