lunes, julio 04, 2016

La luz

Estoy de bajón dominical.

Me evadí de la muerte de hámster yéndome a la playa, al día siguiente, a hacer SUP. Tranquila, remando, en silencio, muy relajada. De vez en cuando, me tiro al agua para refrescarme. Cierro los ojos, y me quedo de pie, encima de la tabla, sintiendo el vaivén del mar. Me gusta esa sensación. Y todo se ve distinto desde allí, la playa, los edificios, la vida. Volví a la orilla con la idea de no quejarme nunca más por nada. Me sentía renovada.

Al día siguiente, fuimos Gl y yo en mi coche hasta la platja del Castell, en Palamós. Como es un vampiro, el día de antes compré una crema ultra-protectora en spray, que cuando se agita parece que vayas a hacer un graffiti. Al agitar el frasco de crema por primera vez, me acordé de mi amiga Olivia, que pintaba en las paredes de la estación y llevaba pantalones muy anchos y tirantes. Y vi una película en mi mente de un montón de tardes con Olivia y los demás. Me pareció curioso que aquel sonido me trajera su recuerdo, tan nítido. Olivia fue desapareciendo. No sé si apareció, luego, más tarde, con los años. Yo ya no estaba. Su padre tenía un camión. Lo recuerdo como una leyenda de de adolescentes. Una leyenda tabú.

Alquilamos un Kayac. Estuvimos remando dos horas. A veces el fondo era oscuro, a veces era turquesa.  Luego comimos en mi casa a las seis y media de la tarde. Por la noche estuvimos bebiendo cerveza sentadas junto a la pequeña tumba de hámster. Gl estaba fascinada con la noche de verano. Despierta en mí amor. Sin calificar. Amor, en general.

A medida que he ido ordenando mi casa, mi sensación de hastío dominical incomprensible se ha ido apaciguando. He estado un rato en silencio pensando en hámster, mirando hacia donde estaba su jaula. Imaginando lo que estaría haciendo si estuviera vivo. Hámster simbolizaba algo que debo descubrir.

Tengo unos nuevos vecinos preferidos. Los del balcón faro.



3 comentarios:

  1. Anónimo6:33 p. m.

    Deliciosas crónicas las que ud. va dejando. Llenas de sensibilidad sin empalagamiento. Lamento lo de su hámster y otros infortunios recientes, pero estoy convencido que su vitalidad podrá con todo. No tiene mucho sentido dejar un abrazo desde el anonimato, pero el sinsentido es parte de esta vida.

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    1. Gracias, anónimo. Ian Curtis le manda un saludo.

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  2. Conozco ese sonido. Sin duda alguna te gustaría un libro que transcurre en Lisboa intentando atrapar a un grafiterro. La detective es lesbiana. ¿O era la policia? Lo leí hace tiempo y no recuerdo, pero si el título que era: "El francotirador paciente". Es de Arturo Perez Reverte, que no suelo leer , pero éste Arturo de áquel 2013 no tiene nada que ver con el de ahora y es lo que hace diferente su lectura.

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