He ido a la única panadería que estaba abierta. La dependienta tenía muchas ganas de hablar y me ha preguntado cosas. Me ha cortado el pan y una compañera, la encargada, le ha dicho que así no se guardaba en la bolsa, pero con mala hostia. Me ha dado rabia. Me ha parecido que la dejaba en evidencia. La dependienta ponía cara de "ya está otra vez la gilipollas de mi encargada dándome lecciones de cómo se guarda el pan". La hemos odiado tanto, que el amor no era más que un mero recuerdo de infancia.
He cruzado la calle por donde no se tiene que cruzar, y me he acordado de tal persona. Ha sido uno de esos homenajes que llevo a cabo durante el día, en secreto y sin que nadie se dé cuenta, como preguntar en los bares que de qué marca es la cerveza de barril. Nadie sospecha que se trata de una ofrenda, una especie de canción dedicada.
Por la tarde, Croqueta ha estado jugando con el perro de mi amiga. Le hemos enseñado a oler el culo a los perritos antes de jugar con ellos. Es importante. Lo que pasa es que es tan pequeña, que todos los culos son para ella inalcanzables.
a muchas personas les pasa lo mismo; y no porqué tengan mayor o menor estatura física...
ResponderEliminarOf course...!
EliminarHey! esa pieza la hice yo :))
ResponderEliminar:) pues me encantó!! gracias por comentar!! Estaba justo delante de mi casa, en ese muro que está siempre cambiando!
Eliminar