lunes, marzo 25, 2019

Terreno no seguro




El verano pasado llegué a una playa en la que las rocas estaban cubiertas de algas. Se habían secado y formaban una especie de manto acolchado. Tenías que ir con cuidado porque algunas de esas algas habían quedado en el puente entre una roca y otra, y aunque parecía que era terreno firme, si te despistabas metías el pie en el vacío. Era una playa hermosa, solitaria  y con el agua cristalina. Fue un día hermoso a solas.

Estoy en fase de rabia y tristeza. Sé que mis pensamientos no son coherentes ni lógicos y que es una fase que se da en todo aquello en lo que se han puesto expectativas que finalmente no se cumplen cómo esperabas. Me parece molesto volver a estar en esta situación porque había alcanzado un cierto equilibrio en el que estaba  bien sin nadie, y ahora me arrepiento de haberme abierto a alguien tanto, aunque es ilógico pensar así, porque entonces jamás se iniciaría nada ni daríamos paso a ningún cambio en la vida por temor al error. Sin embargo, me hubiera gustado protegerme un poco más, no haberme dejado  llevar tan rápido, yo no quería dejarme llevar hasta estar segura de que no iba a ser algo pasajero, pero confié en exceso, me pareció que podía arriesgarme. La próxima vez seré más cauta. Me pondré más protecciones. Cerrar más mi vida y mi espacio, y cerrarme, también, a entrar en la vida de nadie hasta no estar muy segura de que no es peligroso, de que el terreno es seguro, de que no va a haber un agujero bajo un montón de algas. 






8 comentarios:

  1. La comparación me parece muy buena, que busques la seguridad por tu propio bien es comprensible... pero no todo el mundo es igual ni tienen porque hacerte lo mismo...no crees?
    Protéjete siempre pero no en demasía...
    Besos grande.

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    1. Hola Laura, jaja... ya se verá qué hago la próxima vez... quizás todo lo contrario, porque yendo con escudos no ha salido demasiado bien.

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  2. Es inevitable, todo lo que viene paga el plato de todo lo que paso antes.. cada paso que damos es el reflejo de todos los pasos que dimos. Cada caída en esa playa tan bonita de la que hablas por culpa de las trampas de las algas, nos hace desconfiar de todas las playas y de todas las algas...

    Volver a confiar en las puñeteras algas no trabajo de un sólo día, requiere mucha dedicación... pero te ánimo a que lo hagas.

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    1. Gracias! jaja... Me encanta lo de confiar en las algas. Yo no me caí porque sabía que podía pasar eso, pero una guiri que pasaba por allí, sí se pegó una buena hostia...

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  3. Yo creo que en las relaciones humanas (de cualquier tipo) no hay nada escrito. Cada relación es tan complicada como cada uno de sus componentes, tan complicados como un humano pueda ser.

    No hay secreto de triunfo. No hay consejo, proceso, ni lista de verificación. Hagas lo que hagas "lo que tenga que ser, será" y "lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible".

    Por mi experiencia, los dichos de los abuelos, suelen tener su qué.

    Salud y suerte.

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    1. Totalmente de acuerdo: los dichos suelen ser verdad. Yo también me he dado cuenta. Escribí sobre ello hace un tiempo e incluso hice un recopilatorio de los que más se cumplían :) como profecías!

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  4. Aunque lo veo comprensible eso de protegerse, al final es súper injusto para uno mismo y para futuras cómplices no vivir las cosas al 100% por culpa de terceras personas pasadas que no hayan cumplido las expectativas. El paraguas sólo hay que cogerlo los días de lluvia

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    1. No lo sé, necesito pensarlo... meditar sobre lo de protegerse o no. ¡Me ha gustado lo del paraguas!

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