Tocar en el Gutter fue como un sueño en el que todo sale bien, sin olvidarse de las trazas de surrealismo (como aquella conversación sobre mi nombre). Después del concierto, cosquillas en el cuerpo y en los ojos, la vida era paraíso y fantasía. El colectivo también vendió bastante, así que no se puede pedir más.
Escribo poco sobre el grupo, pero es una de mis principales fuentes de motivación, junto con mis amigxs y mi perra. Son lo que más me importa. Nunca pensé que la amistad fuera a ocupar un puesto tan alto en mi lista de prioridades. Las personas cambiamos sin darnos cuenta.
Esta noche duermo en un barco. Ayer recordé aquel verano en el que buscaba una piscina y recopilé fotos en google maps. Son esos flechazos veraniegos sin consecuencias. Quiero dibujar piscinas con la escalerilla a un lado.
N me dijo que escuchar a Molly Nilsson era estar muy lejos de todo. A mi me evoca felicidad.
N me dijo que escuchar a Molly Nilsson era estar muy lejos de todo. A mi me evoca felicidad.
Hola, Paola:
ResponderEliminarTe sigo desde 2014 mínimo, si no de antes (incluso recuerdo que hace unos años te escribí un mail, pese a que te he seguido mucho desde la sombra). Hoy me he animado a escribirte porque, aunque el último año no te he seguido con regularidad, sí que he leído todo lo que has publicado y... Se te echa de menos.
No sé cómo estarás o si habrás tomado la decisión de escribir para ti, pero quería desearte feliz año, que ojalá estés bien y que encuentres cada día un motivo, una luz, un sentimiento por el que haya merecido la pena vivir esas veinticuatro horas.
Un beso desde Madrid hasta donde estés. Y un abrazo de los que calientan el pechito.
Andrea.