Alguien siempre me preguntaba "¿De dónde sales?" y yo le contestaba "De mi casa". Echo de menos esa pregunta.
Esta mañana, mientras estaba tendiendo la ropa al sol, me he acordado del cartel con el vaquero de Marlboro de la Meridiana. Cuando lo veía, yo sabía que ya estábamos llegando a casa. El vaquero significaba casa.
Me he imaginado a mí con la cara asomada, y a mi padre echándome bronca por bajar la ventanilla del coche, y al vaquero hablándome desde el cartel y diciéndome con voz grave: cuando seas adulta, una pandemia no os dejará salir de casa.
Yo he soñado que estaba en un bar, abstraída como siempre, con una cerveza en la mano. Levanté la vista y no había nadie, tampoco camareros, me sentí incómoda y me acerqué al mostrador para intentar pagar. No podía, nadie estaba allí para atenderme y no sabía por qué. Dejé el dinero en el mostrador (hasta en sueños soy tonta y disciplinada) y salí corriendo. Fuera no había un alma, pensé estoy muerta o soy la única superviviente de no sé qué y me desperté gritando.
ResponderEliminarEl vaquero murió de cáncer hace muchos años, eso no lo supo adivinar. Nunca adivinamos nuestra propia muerte... y mejor que sea así.
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