martes, febrero 09, 2021

Correr por la calle



Dos veces por semana conduzco por la ciudad, una de noche y otra de día. Disfruto mucho de esos momentos. Del minuto de pausa en los semáforos, de la repetición de los intermitentes, del cambio de marchas, de acariciar el volante (ahora con olor a hidroalcohol de forma permanente), de los faros, de la ventanilla bajada. Abro el maletero para coger la pedalera de la guitarra y veo el saco de dormir. Siempre lo llevo. Un día se me ocurrió que nunca se sabe qué puede pasar y que llevarlo en el coche era una buena idea. Me siento orgullosa de esa ocurrencia.

La calle que más me gusta para conducir de noche es la Gran Vía, sobre todo cuando paso por el Bingo iluminado con luces de neón. Me pone feliz o triste, no logro descifrarlo, en cualquier caso, me gusta. Una vez entré, con veintitantos. Queríamos beber y cenar barato. Lo que más, beber. Era el sitio ideal. Jugamos una partida. Había una chica, fue ella la precursora del plan. Yo estaba enamorada de la chica. Con ella todo me parecía divertido y atrevido. Fue un amor de esos de correr por la calle. 

Hoy suena Desire de DEHD, que cada vez me gustan más.

3 comentarios:

  1. Yo también entré una vez a un bingo quizás fuera el mismo pero no podría asegurarlo. Jugué una partida, bebí y también corrí por una ciudad que en aquel momento me parecía simplemente fascinante. Ahora cuando corro suelo hacerlo en la montaña. ¿Pasaron los tiempos de amar corriendo?

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    1. Hola Vita, si era el bingo de la Gran Vía, creo sólo hay ese :) Pues no sé si pasaron los tiempos de amar corriendo, tengo la sensación de que ahora se ama huyendo.

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  2. Creo que ahora casi todo lo hacemos como una huida... nos da miedo estar demasiado tiempo en el mismo sitio, siempre parece que nos estamos perdiendo algo. Y, ya ves, la felicidad era esa noche en que corrimos por la ciudad sin motivo.

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