Querida E.:
La semana pasada salí de la ciudad y pasé cuatro días fuera con mis compañeros de banda grabando un disco. No salía para un plan así, divertido, con amigos, desde antes de la pandemia. Los días previos estaba muy emocionada y contenta, preparándolo todo como una niña. Me encantó conducir por las carreteras rodeadas de viñedos, con los últimos rayos de sol, la luz espesa y cálida, anaranjada, maravillosa. Antes de llegar a mi destino, me paré en un camino a respirar y a celebrar tanta felicidad. Me sentía muy afortunada.
La casa estaba al final de una carretera de curvas que parecía no llegar a ninguna parte. M. salió a recibirme y lo primero que me enseñó fue el estudio de grabación, la piscina de los 80's y los alrededores. Me invitó a una copa de vino de una bodega de la zona y estuvimos charlando hasta el anochecer, esperando a que llegaran los demás. Me contó algunas historias sobre su familia napolitana...
Compartí habitación con D. Me sentí muy unida a él, no sé cómo explicarlo. Además de grabar canciones, también jugué bastante a ping pong, después de ¿cinco? años sin hacerlo, y comprobé que sigo siendo muy buena con la pala. Al grabar las voces, me emocioné mucho con una de las canciones y me puse a llorar. No sé si se notará en el resultado final. También me emocioné grabando una de las guitarras, pero contuve las lágrimas.
Pocos días antes de marcharme, el domingo por la mañana, bajé a la calle y, sorpresa, encima de mi buzón alguien había dejado un cuadro pintado al óleo. Deduje que era para mí, no sólo por estar encima de mi buzón... sencillamente, lo sentí. Cuadro encuentra a chica. No estaba firmado y tampoco había ninguna nota. Es un misterio. Lo tengo colgado en la pared y cuando lo miro siento que es algo así como... una especie de destino. Un lugar al que iré. Un pueblo marinero, con casitas de colores y una carpa (en la que dar un concierto, por ejemplo) y el mar con infinitos tonos azules. ¿Soy una flipada? No sé quien lo habrá pintado, ni si en realidad era para mí, pero pregunté a los vecinos y nadie sabía nada... Resultado: aquí está, conmigo.
Ya ves que han sido días bonitos.
Espero que esta carta llegue a tiempo.
P.V.
P.d. Me gusta mucho el personaje de Kate Winslet en Mare of Easttown.
Cuando pasan ese tipo de cosas (las del cuadro), es indudable el saber que sí, que efectivamente es para uno esa sorpresa.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Claro que era para ti el cuadro, nadie más habría sabido buscarle un hueco sin hacer preguntas. Quizás no sea un sitio real, pero sí un sitio que visitarás en algún momento... Ya nos lo contarás ;)
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