Nadar enseña a saber cual es tu espacio, a ganártelo y a protegerlo. Cuando eres novata y te toca compartir carril en la piscina, te pones nerviosa, de hecho, es bastante común abandonarlo, porque te sientes incómoda con alguien que nada más rápido, o que ocupa más volumen, o que nada de forma agresiva... No solo incómoda, también insegura, piensas que tal vez estás molestando, que estás entorpeciendo el ritmo del otro, y que van a comerte viva los tiburones; pero con el tiempo aprendes a resistir en tu espacio de carril, aprendes a confiar en tu brazada, en tu respiración y en tu ritmo, porque es el tuyo. Cuando confías en eso, empiezas a respetarte y empiezan a respetarte. Así es cómo comienzas a sentir que tienes tu espacio en el carril. Ya puedes compartirlo con quien quieras. Por lo general, si la otra persona también sigue los códigos clásicos de una piscina, no tiene por qué haber ningún problema.
Esto no lo aprendí de las nadadoras más rápidas, lo aprendí, precisamente, de las personas más lentas. Empecé a darme cuenta de que era su forma de reivindicar su espacio. Hacía tiempo que quería anotar esta reflexión en el blog, sobre nadar y respetar los ritmos. Hoy es el día.
Me siento en plena forma mental, emocional y físicamente.
En los últimos cuatro meses he afianzado muchos espacios, espacios simbólicos, espacios que tienen que ver con una misma, con lo que se es. Reconciliarme con mis decisiones del pasado, con mis actitudes, con mis inseguridades, y también con las de los demás (esto es importante), abre el mundo; pero solo funciona si lo haces de verdad. La clave para hacerlo de verdad no la sé, pero puede que tenga que ver con no buscar nada a cambio.
En los últimos meses, he tenido algunos reencuentros con personas que forman parte del pasado, reencuentros físicos y también virtuales. Por algún motivo, la manera de acercarme a esas situaciones pasadas, me ha ayudado a sentir algo similar a cuando sabes que tienes tu espacio en el carril de la piscina.
He puesto esta canción tan épica de Little Simz porque la ocasión lo merece. I'm a black woman and I'm a proud one!
Siempre me he sentido como la persona más lenta de la piscina y tienes razón, o te rindes o bajas la cabeza y peleas por encontrar tu espacio. La vida es una constante pelea por el territorio, no debemos olvidarlo.
ResponderEliminarMe ha gustado esta entrada, te veo animada...