Estoy sentada en un banco de la plazoleta de Can Ricart tratando de vislumbrar la opción correcta. Se está a gusto, a la sombra, con un silencio extraño porque no lo es: ruido lejano de máquinas excavadoras. A veces pienso que toda esta rumiación me entretiene, me está dando un foco, una diana a la que apuntar, y está desplazando otras preocupaciones.
¿Cómo decidir lo mejor? Sería absurdo querer decidir lo peor.
Si ambas opciones conllevan riesgos, ¿debería inclinarme por el más moderado o por el que das el salto? ¿Son excusas o sentido común? ¿Es miedo del bueno o del malo? ¿Los obstáculos son señales o pruebas? Mi intuición, ¿es eso que me frena o lo que me lanza?
Hay momentos en los que lo tengo muy claro. La respuesta es sí. Hay momentos en los que no lo tengo claro. La respuesta es no.
Me gustaría estar convencida y lanzarme a por el "sí", en parte porque solucionaría algo muy importante. ¿Y si estoy dejando escapar una oportunidad? ¿Y si en un futuro se presenta una oportunidad mejor?
¿Lo estoy teniendo todo en cuenta?
Mi brújula moral se puede resumir en tu cuarto párrafo, si algo me da dudas es que no. Pero, con el paso de los años, creo que si hubiese lanzado un dado a la hora de tomar decisiones el resultado no habría sido muy diferente, a veces creo que la vida es puro azar...
ResponderEliminarLa sabiduría popular, a menudo, lleva razón. Y lo de "ante la duda, abstenerse" es algo a tener en cuenta (aunque no siempre)...
EliminarSi el futuro llega, mejor que se haga sentir como corresponde.
ResponderEliminarSuerte,
J.
ea!
EliminarCreo que dudar es una de mis mayores virtudes (o defectos.) Dudo todo el rato, me cuesta decantarme, como si la gravedad se tomase una tregua conmigo.
ResponderEliminarEn realidad prefiero el verbo titubear, es como si en el juego de vocales el infinitivo dudase de si mismo.
Dicen que es mejor equivocarse que quedarse quieto, pero no sé si lo tengo tan claro.
Saludos.
Pd. Seguía tu blog cuando tener un blog era guay. Claro, también tenía uno… Me ha flipado ver que sigues al pie del cañon💪🏼💪🏼
Adolfo... qué tal estás? Me suena tu nombre, sí. De aquel momento en el que tener blog era como tener un podcast ahora, por ejemplo. No soy de esas que cree que lo de antes era mejor (un poquito sí) pero no sé que red social o artefacto en estos momentos invita a la autoreflexión como lo hacían los blogs personales. Eso es algo que siempre me pregunto. Gracias por comentar.
Eliminarjajaja... sigo al pie del cañón porque soy una sentimental :)
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