viernes, septiembre 23, 2022

Insomnio postveraniego

Por si alguna persona todavía sigue este blog como si fuera un serial, la respuesta antes las dudas del anterior post fue NO. Decidí abstenerme y esperar.

Este mes ha hecho diez años que vivo en esta casa, que fue mi refugio en un momento muy difícil de mi vida (durante la depresión) y también fue mi palacio una vez recuperada. Es mi hogar.

Recuerdo perfectamente la primera tarde que entré en ella. Eran las cuatro. Yo ya me había decidido por otro piso que, aunque no me gustaba del todo, cumplía. Comiendo en la rambla decidí echar un último vistazo en Idealista , por si acaso, y vi el anuncio. Llamé y me dijeron que en un cuarto de hora empezaban las visitas, y que si llegaba en 10 minutos, me lo enseñaban la primera. Pedí la cuenta en el bar y salí corriendo, escopeteada.

Cuando se abrió la puerta, el sol inundaba el pasillo y el comedor. Me deslumbró. La galería-terraza era una estancia olvidada, con una tela negra raída que colgaba del ventanal, desconchones en las paredes pintadas de verde hospital. Las vistas a las fábricas antiguas.  La chimenea industrial. Los jardines salvajes de los patios. Las gaviotas. El mar cerca. Vi un oasis.

(Y no me equivoqué.)

Corrí hacia la oficina de la inmobiliaria porque sabía que, seguramente, alguien más vería el tesoro escondido. Cinco minutos después de sentarme en el despacho del agente inmobiliario, llegó una pareja que también estaba interesada y, poco después, otra más. Que decidieran dármelo a mí seguramente fue cuestión sentimental, pues resulta que yo trabajaba en el colegio al que había ido la propietaria de niña, y creo que eso fue un punto a mi favor. Una especie de señal. 

Estaba en un momento muy complicado, perdida, desorientada, confusa y con muchas heridas abiertas. Necesitaba un lugar en el que curarme. Un lugar en el que empezar de cero, un lugar para volver a ilusionarme. Un lugar en el que recomponerme. Y sí, fue todo eso y más... con mucho sudor y lágrimas, porque los siguientes 4 años fueron muy difíciles emocionalmente. 

Por eso, ahora, es mi hogar. Mi punto en el mapa. Mi calle. Mi barrio. Mis vecinas. Mis amigos. Mi rutina. Mi entorno. Me siento muy conectada. 

El sábado pasado, cuando toqué con mi grupo en la fiesta mayor del barrio, fui absolutamente feliz. La única bandera de la que estoy orgullosa es de la de mi barrio. Este es el nivel. Localismo al 100%. También es verdad que la lucha vecinal contra la gentrificación, el turismo masivo y el plan urbanístico que destruye buena parte del pasado industrial y lo sustituye por bloques de oficinas y residencias universitarias, es el ingrediente definitivo para sentirse todavía más vinculada porque hay una lucha común, un propósito. 

Hace diez años no había apenas nada en esta zona del barrio. Yo le llamaba "walking dead", sobre todo los domingos por la mañana. Sólo calles anchas, con edificios industriales y alguna que otra fábrica olvidada, alguna galería de arte, algún coworking... pero nada. Tenía un rollo inusual, decadente, olvidado, pero a la vez vibrante, que me gustaba. También eran las calles por las que, de pequeña, esperaba a que mi padre saliera del trabajo. Era un match ideal. Diez años más tarde es uno de los sitios “cool" de la ciudad, con los alquileres cada vez más caros. Y lo peor es que con la gentrificación, va perdiendo identidad, la identidad que lo hizo distinto. Y eso sí que me da pena. Pero hay que resistir hasta que se pueda. 

Me siento bien la mayor parte del tiempo, incluso cuando se abre la zanja. El otro día, escuchando música me di cuenta de que las canciones iban rascando, con sus largas uñas afiladas, mi corazón. Es mi zona en obras permanentes. No sé cuando se acabarán. No sé ni lo que se está construyendo ahí, en mi corazón. ¿Un parque verde, con árboles inmensos y flores raras? ¿Una fortaleza impenetrable? ¿Una calle peatonal? Espero que un día, por fin, se retiren las excavadoras... hasta entonces, NI PUTA IDEA. 





6 comentarios:

  1. Buff, hoy no opino ni digo nada, me ha gustado mucho lo que has escrito y como has enlazado los cambios y la vida exterior con los cambios y la vida interior...

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  2. ...que bonito. Gracias por compartirlo.

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  3. La forma que encuentra Dorothy de regresar desde las tierra de Oz es darse cuenta que "no hay lugar como el hogar". Lo difícil es saber cuál es, o debería ser, nuestro hogar. En tu caso, por lo que cuentas, ya lo encontraste. Eso es un paso adelante.

    Saludos,
    J.

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  4. Yo ll sigo desde que este siglo era muy jovencito, eso si te perdí la pista durante un tiempo. Te suena Memoria, Noe la Luz, un librito de jovenes blogueras astronautas…

    https://www.animovaliente.org/2021/10/desde-la-blogosfera_12.html?m=1

    Yo primero escribía en Diario de un Adán, después La respuesta está en las calles, todos en blogger, incluso hice uno sobre la escena musical que termine borrando. De hecho estabas y estas en mi blogroll.

    http://eldiariodeadan.blogspot.com/?m=1

    http://enlascallesgritan.blogspot.com/?m=1

    Tiempos de Flickr, Cadpost, blogosferas… Gente con ganas de escribir - y leer - y de decirse lo bien que lo hacían. La cortesía. Antes de que Fb y su primo Ig lo devorasen todo y justo después de Fotolog.

    Y tú, eras de las mejores…

    Pd. Ah y una última curiosidad, conocí a una chica bastante especial en la blogosfera, tanto que ahora vivimos juntos y es la mamá de mi hija.💜

    Un abrazo

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    1. Hola Adolfo, claro que me suenan tus blogs, y Memoria, porque era yo jaja... al principio firmaba siempre como "memoria". Fue una etapa interesante y vibrante, la presentación en Madrid de aquella antología de blogs, la del astronauta, en la que participé con un montón de amigas blogueras de entonces, fue muy divertida. La conexión entre las personas vía "digital" era todavía un hecho peculiar, ahora podría decirse que nuestra conexión digital está totalmente integrada, ya no es algo en paralelo. Me alegra que estés por aquí.

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    2. Sí, luego vi lo de Memoria.
      Curioso que me falle la memoria también en este caso tan particular ;-)

      Resulta que me había liado y creía recordar que, Memoria, era otra chica que escribía también muy bien, pero tendría que ponerme a buscar para saber quién era. Creo recordar que tuvo una época que escribía entradas tirando a eróticas, algo que no era muy habitual en la época. O no sé, ya te digo que la memoria no es mi fuerte.

      Me gusta mucho lo que dices de que "la conexión entre las personas vía "digital" era un hecho peculiar" Es más, diría yo, era casi hasta mal vista. A mucha gente se le venían a la mente chats con gente diciendo guarradas. ¿Has leído Panza de Burro?

      Y la verdad, es que con sus cosas, era una maravilla, el mundo de los blogs, la blogosfera y eramos tan jovenes ;-)

      Me flipa que sigas con el mismo blog y en el mismo sitio, Blogger. Yo soy más cambiante, eso sí siempre fiel a Blogger, siempre cuando he blogueado, que he tenido largas épocas que no. Intenté una cosa con Wordpress pero no me apañaba bien.

      Hace poco he recuperado la vieja cuenta de Flickr que compàrtía con mi mujer y me he hecho una nueva. Y he comprobado que pese a que Instagram está ahí absorbiendo todo, en Flickr sigue gente subiendo sus fotos y se ha modernizado mucho el diseño. Me da por pensar que si mantienes (y actualizas) hoy en día una cuenta allí, es que realmente te gusta la fotografía, como afición. Luego están los profesionales, como mi señora esposa, que pasan de Flickr, de Blogger y de la nostalgia.

      Una pregunta, ¿se puede leer algo tuyo en algún otro medio? Me encanta poder pasarme a chafardear de vez en cuando por tu "refugio dentro de una fábrica abandonada" y pasear por el jardín asalvajado, pero estaría bien leer más cosas tuyas.

      Yo escribo en varios lugares, donde me dejan, vaya. Algunos están recogidos en el link que te comparto por si te apetece echar un ojo.
      https://linktr.ee/adolfo_gasca

      Un abrazo

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