Me cuentas que en ese lugar no puedes dormir, persigues las noches en bicicleta, y se te clava el frío. Y como si fuera un secreto, me explicas el ruido de las hojas secas y me dices que deseas tu mar. Sin embargo, quieres ver el que tengo cerca. Sé algo. Sé que te sabes el cielo de memoria. Y tienes un billete de ida y vuelta. Y de las dos, es un camino. Lo encontramos como las casualidades, sin saber. Hay árboles y algo que se esconde, algo feroz, algo a lo que temer. Te mezclo con niebla, con lluvia, con sal, con el verano. Es algo que se toca con los dedos, algo que es, o casi es. En apariencia real, pero tan resbaladizo.
Un tercer tigre buscaremos. Éste
Será como los otros una forma
De mi sueño, un sistema de palabras
Humanas y no el tigre vertebrado
Que, más allá de las mitologías,
Posa la tierra. Bien lo sé, pero algo
Me impone esa aventura indefinida,
Insensata y antigua, y persevero
En buscar por el tiempo de la tarde
El otro tigre, el que no está en el verso.
(Fragmento del Otro Tigre, Jorge Luis Borges)
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