(derrochando a L)
Te dejo este Lunes para tí, para que lo despiertes, para que lo moldees a tu gusto, lo hagas menos pesado, para callarle la boca a la pelota de turno, y me des ganas de ver el mar. Para maldecir que no pueda enseñarte esa ventana que abro todos los días y decirte que me encanta. Para que me traigas esa imagen de tí y que estás a punto de romper si levantas la vista. Y recordar que un lunes pensé que quería caminar mucho rato contigo. Con ese sol a gritos que te susurraba tan bien la piel. Cosas así, soy cotidiana... Pero los lunes, casi siempre son sólo un lunes y además, ya se acaba.
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