viernes, abril 02, 2004

piscinas

Cierra los ojos al cansancio de no encontrarte en ninguna parte. Ni ahora ni en los días que no sabe. Por la tarde soñó que sólo tenía que darte la mano. Se sintió idiota por no haberlo descubierto antes. Y le pareció tan fácil... tan fácil como confiarle a un borracho que está jodida y triste, pero muy muy viva, igual que las piscinas que se ven por la ventanilla del tren, sucias y frías, pero azules como en verano, deseando que llegue el buen tiempo. Expectantes.

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