El otro día salí de la ducha y no me vestí. Me pasé un buen rato desnuda en el estudio. Hacía frío y me dolía la cabeza. Estuve titititiritando hasta que se me pasó. Tenía la piel de gallina y el culo helado y la mesa llena de trastos. Me puse a cantar y a dar saltos, no era sensual. Me dió la risa. Tampoco era importante. Pero no logré congelar nada en mí. Nada se convirtió en escarcha que rascar, ni en cristal. No soy como el vidrio de un coche que se congela de madrugada. Tampoco nadie me quita el hielo por las mañanas. Por lo tanto, no lo volveré a hacer. Tengo que eliminar este tipo de cosas. Me voy a abrigar.
Hoy una amiga me ha subido en moto a la facultad y hemos pasado entre medio de los coches. Ha sido emocionante confiar tanto en alguien. Y le he dicho en el tunel, "te quiero un montón ahora" y ella ha gritado "¿qué? no sé qué dices!" y ya en seguida hemos llegado. Me encanta entretener al conductor.
Hoy una amiga me ha subido en moto a la facultad y hemos pasado entre medio de los coches. Ha sido emocionante confiar tanto en alguien. Y le he dicho en el tunel, "te quiero un montón ahora" y ella ha gritado "¿qué? no sé qué dices!" y ya en seguida hemos llegado. Me encanta entretener al conductor.
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