viernes, enero 12, 2007

Madejas




Me miro ahí adentro y veo demasiadas madejas diferentes, revueltas, desordenadas. Como el corazón de Poe que latía ¿era bajo la cama o en una caja? Una preocupación latente, lejana...

¿A quién llamaría si necesitara llamar a alguien? Ahora sé a quién. Pero ¿y si dejas de estar? porque eso a veces pasa; tendré que volver a esos amigos invisibles. El que más me gustaba era el de sobrenombre "elefantito". No era exactamente invisible, era un elefante rosa con un corazón tatuado en el culo. No sé como pude buscarme a un amigo invisible tan freak. Yo tenía pocos años.

Tú empezaste siendo invisible. Yo no quería estar en mi casa viendo películas, quería estar alrededor de aquella mesa bebiendo sangría. Contigo y con tu amiga. Aunque, por otro lado, intuía que tú también querías que yo estuviera en esa mesa bebiendo sangría. Así que no era tan malo..

Este enero tengo todo lo que deseaba en enero del año pasado: Quedar este sábado para ir a ver si encontramos tu manga de Snowblood, quedar para ver si encontramos una parca contra el frío inexistente... Y dentro de un par de semanas, ir a esa casa desde la que me llamaste hace un año mientras nevaba. Para ti nevaba. Yo daba vueltas en mi habitación.
Ahora tengo las ganas que tenía y las ganas que tengo. El total es más grande. Por eso, algunas noches, no sé como llevarlo. Es grande y me pilla con el dedo roto. Quiero meterme bajo tu ala. Aunque ya sé que precisamente eso no es lo que se espera de una persona adulta, pero...

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