miércoles, agosto 28, 2013

1071. Atar cabos




  

Los finales amorosos nunca son épicos. Nada muere, nadie desaparece de veras, nada termina de terminar nunca. Pero yo sí me muero y la gente sí desaparece. 

(Los Ingravidos, Valeria Luiselli)



I fly like paper, get high like planes –MIA, "Paper Planes"– porque hoy ha sido un día lleno de pequeños acontecimientos felices. De células que se mueven y se enlazan entre sí bajo un microscopio. De sonrisas a solas caminando por la calle. Hoy lo tolero todo. Ayer también, pero hoy más. Tal vez sea que llevo varios días durmiendo ocho horas. O que me han enviado por wasap una foto de mi plaza preferida. O que he querido escribir avión –con el teclado del iPhone– y por error he puesto mis dedos en las letras que forman la palabra cielo, y me ha parecido una acertadísima equivocación. O que no me siento ridícula por haber escrito cartas de amor alguna vez, porque en Todas las canciones hablan de mí, la película de Jonás Trueba, dicen que los ridículos son las que no las escriben jamás y yo me fío de lo que dicen en el cine, así que me he sentido bastante bien. Estoy dándole mucho sentido a todo lo que "recibo" de un modo u otro, sé que son cabos que debo atar, hasta que la cuerda sea tan resistente que permita deslizarme y salir de mi fortaleza.

Dos cabos soble Los Ingravidos, de Valeria Luiselli, me han llegado a través de personas distintas, una geolocalizada en un café de Paseo de la Reforma (Ciudad de México) y de otra situada en algún punto de Barcelona. Y yo los he atado, porque sería absurdo dejar escapar esa oportunidad de hacer mi cuerda más fuerte.

Hoy he visitado dos pisos, un 4º2ª pintado de blanco glaciar y un 1º2ª pintado de amarillo azul cielo. Ambos con ascensor. No estaban mal, pero no he sentido nada especial. Será mi hogar y no puedo quedarme con el primero que me guste sólo un poco. Encontrar el eje exacto en el que llorar para reír, olvidar y volver a amar no hay que tomarlo con ligereza. Probablemente ya me encuentre allí, en un futuro, y el cerco húmedo que ahora está dejando el botellín de cerveza en la mesa comience a ser visible en ese lugar que, de momento, desconozco.

Empezar es un verbo bonito que se conjuga con muchas sílabas "ce", "za", "zo" y "zos", que me cuestan mucho de pronunciar si se juntan con eses, como empezase, empezases, empezásemos, empezaseis o empezasen, y que quiere decir "dar principio a algo". Los principios son la primera parte y a veces son muy largos porque no nos atrevemos con el nudo. Lo vemos ahí, está llegando, está a punto, pero causa respeto. ¿Cómo meterse en el nudo y luego salir de él? Sin que parezca que hemos dado un portazo y nos hemos sentado en el sofá a limarnos las uñas mientras silbamos. Silbar no es de señoritas, decía mi abuela, pero a mi me encanta silbar. A los niños y a las niñas les apasiona silbar. Cuántas veces he escuchado "ya sé silbar" y es como si empezara algo distinto en ese preciso instante.

Mis biorritmos están empezando, también, su ciclo positivo. Los tres a la vez. El día 7 lo voy a flipar. El día 17 es una incógnita.




6 comentarios:

  1. Anónimo12:02 a. m.

    A mí esta película me encantó, por cierto. Bárbara Lennie me parece siempre maravillosa en sus interpretaciones, me gusta, su belleza sigilosa y callada es versátil, y parece siempre tan contenida... La adoré en varios trabajos suyos: Obaba; La bicicleta, o Mujeres en el Parque.

    Un beso, me gusta que estés más animada.

    www.caminosdelespejo.wordpress.com

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  2. A mí también me gusta Bárbara Lennie una barbaridad. Me parece enigmática. Me encanta su voz, y algo que tiene en su forma de pronunciar las palabras. Me fijo mucho en las voces.

    Gracias! Un beso!

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  3. Desconocia esta pelicula, pero mehe quedado con ganas de verla, gracias!!! y los biorritmos como van????...

    besos

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  4. Anónimo11:35 a. m.

    Todas as cartas de amor são
    Ridículas.
    Não seriam cartas de amor se não fossem
    Ridículas.

    Também escrevi em meu tempo cartas de amor,
    Como as outras,
    Ridículas.
    As cartas de amor, se há amor,
    Têm de ser
    Ridículas.

    Mas, afinal,
    Só as criaturas que nunca escreveram
    Cartas de amor
    É que são
    Ridículas.

    Quem me dera no tempo em que escrevia
    Sem dar por iso
    Cartas de amor
    Ridículas.

    A verdade é que hoje
    As minhas memórias
    Dessas cartas de amor
    É que são
    Ridículas.

    (Todas as palavras esdrúxulas,
    Como os sentimentos esdrúxulos,
    São naturalmente
    Ridículas).



    Todas las cartas de amor son
    ridículas.
    No serían cartas de amor si no fuesen
    ridículas.

    También escribí en mi tiempo cartas de amor,
    como las demás,
    ridículas.

    Las cartas de amor, si hay amor,
    tienen que ser
    ridículas.

    Pero, al fin y al cabo,
    sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor
    sí que son
    ridículas.

    Quién me diera en el tiempo en que escribía
    sin darme cuenta
    cartas de amor
    ridículas.

    La verdad es que hoy mis recuerdos
    de esas cartas de amor
    sí que son
    ridículos.

    (Todas las palabras esdrújulas,
    como los sentimientos esdrújulos,
    son naturalmente
    ridículas).

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  5. Bon dia! Qué bien que hoy todo sea más bonito. El otro día comenté sin loguearme (lo de mi vida sin mi). Me gusta leerte, no dejes de escribir!

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