Ayer hablé mucho con dos personas distintas, en bares distintos, sobre los finales, los inicios de los finales y los finales de los finales. Con ambas brindé con cerveza (pero no por los finales).
Aunque queramos darle muchos significados, justificaciones, motivos e interpretaciones, es mucho más sencillo entender que lo que duele de los finales es no poder continuar. Seguimos respirando y no pasa nada.
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