miércoles, junio 08, 2016

Las enseñanzas de mi hámster (sobre el amor)

Hace tres años me levanté una mañana pensando que necesitaba a alguien a quien cuidar. Se me ocurrió que podía comprarme un hámster; supongo que no me atrevía con nada más grande.  Me dieron un papel en el que ponía que tenía una garantía de 15 días. Si se moría después, ya no me daban otro igual. Me pareció horrible.

Le puse un nombre y una jaula. Y le compré una rueda para que pudiera correr por casa. Estaba muy contenta con mi nuevo ser vivo.

Al principio, lo trataba como a un cachorro, porque desde pequeña había tenido perros en casa. Así que... lo acariciaba, le hablaba, lo cogía, le daba besitos al aire. Él me miraba con cara de confusión, como si no fuera con él la cosa. Yo me sentía muy frustrada porque él no me mostraba afecto, pero es que claro, yo tampoco sabía cómo lo demostraban los hámsters. Supongo que era complicado para él comportarse como un perro. Y para mí era complicado asumirlo todo en general, mi nueva vida, mi nuevo hogar, la separación, y todo eso del desamor.

Aunque el hámster no respondía a mis atenciones de dueña de perro, yo seguía intentándolo  porque estaba convencida de que podía cambiar. Un día ya no se escaparía corriendo. Un día se quedaría mirándome y se tumbaría en mi regazo. Un día se haría un ovillo a mi lado mientras engullía alguna serie. Ese día llegaría. Le grababa vídeos y los editaba. Lo metía los domingos por la mañana dentro de la bola mientras desayunaba.  Lo sacaba al balcón. Lo llamaba desde la otra punta del pasillo para que viniera corriendo. Etcétera.

Un día lo saqué de la jaula para hacerle unas fotos. Todo iba bien hasta que me mordió un dedo. Me asusté y abrí la mano de repente, y entonces él se cayó, o yo lo tiré (lo tengo borroso). Cuando tocó el suelo emitió un leve gemido. Lo atrapé y lo metí en la jaula corriendo. Entonces se quedó acurrucado en un rincón. Luego se escondió y permaneció así durante muchos días. Supongo que en ese momento abandoné mi idea de tener un hámster perro. Dejé de hacerle tanto caso. Me sentía un poco frustrada. No sé. Yo lo trataba bien y él parecía asustado. En cuanto oía que me acercaba, se iba corriendo. Empezamos a desconfiar el uno del otro. Yo le había hecho daño (soltándolo de repente y tirándolo al suelo sin querer) y él a mí (mordiéndome un dedo).  Decidí  dejar de tocarlo. Pasaron meses. Únicamente me limitaba a limpiarle la jaula, ponerle comida y agua.

Después de un tiempo me di cuenta de que siempre que yo me sentaba frente al ordenador, él salía de su casita. Yo lo miraba desde lejos. Luego, me di cuenta de que cuando le faltaba comida, empezaba a dar vueltas y a escarbar. Entonces, yo le abría la puerta y lo alimentaba. Un tiempo más tarde empecé a darle fruta entre los barrotes. Él la cogía con las manitas, la mordía y se iba.

Pasados dos años empezó a comportarse con más soltura, y yo también, pero cada uno en su papel. Él en el de hámster y yo en el de (pues no sé). Ambos encontramos nuestro lugar. Yo dejé de sentir  esa especie de deseo por convertirlo en perro en cuanto acepté que era un hámster.

Esta tarde, al llegar de trabajar, me he sentado al lado de su jaula para ver cómo bebía agua. Y se me ha quedado mirando, y se ha acercado a los barrotes, y ha esperado su fruta. Y luego se ha ido a jugar con su algodón. Ha sido bonito.

Desde hace medio año tenemos una relación perfecta. Nos amamos a nuestra manera. Con mucho respeto. Voy a darle las buenas noches, está corriendo en la rueda.


13 comentarios:

  1. Precioso :)
    Como cuando intentas cambiar a la otra persona, por anhelos quizás, y lo estropeas... salvo que encuentres ese punto de respetarse mutuamente, cada personalidad y cada espacio, y se hace perfecto. Una bonita lección de amor.

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    1. Pues sí, lo has descrito muy bien. Gracias por pasarte por aquí. No conocía tus blogs.

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  2. Anónimo3:08 p. m.

    eres mi (pues no sé) preferida de todos los tiempos y de todo el universo

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  3. una metáfora perfecta, si es que era tu intención.. hace tiempo vivo con un gato y es algo parecido. el único problema, que yo cada vez soy más gato ;)

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    1. Bueno, pero si tú también te estás convirtiendo... jaja Cuál es el problema?

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  4. Me has hecho recordar a mi Palomeque: https://www.flickr.com/photos/nepomuk/6830823646/
    Supongo que los hamsters son demasiado hamsters para lo demasiado humanos que somos nosotros.

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    1. Nepo, qué viñeta más buena. Es mi historia!! Puedo editar el post y añadirla?

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  5. Hola! :)

    Sólo decirte que después de leer algunas de tus entradas, me ha encantado la frescura que transmiten y la ventanita que dejan abierta a la imaginación. Eso es muy guay :)

    P.D: No recuerdo exactamente cómo he llegado hasta aquí, pero creo que voy a quedarme :)

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    1. Me encanta que seas percusionista, admiro mucho a las personas con baquetas, lo digo en serio. Gracias por leerme y por saludarme.

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  6. Yo tenía 1 jerbo. Físicamente podría ser una mezcla de hamster y ardilla. Cuando viven solos , sin ningún semejante pueden ser más cariñosos. Cuando viven en familia son un poco más independientes. Es como cuando vas a una fiesta sola, que te da por socializar más, pero si vas acompañada te centras en tu grupo sin necesidad ni interés de conocer a alguien más de tu alrededor.


    Podría decirse que era más bien un jerbo-perro. O quizás es que nunca pensé que se iba a comportar así, por lo que al no esperar nada , todo sucedió sin querer. Pero yo lo soltaba por la casa, y cuando ya estaba cansado de tanta excursión, venía hacia la cocina que era donde yo me encontraba, y se me subía a los pies. Como jugando o para llamar mi atención. Yo me agachaba y entendía que era como que quería que lo llevará de nuevo a la jaula para roer, comer o simplemente mirar desde ahí.

    Cuando le llamaba por su nombre (Chip, en honor al dibujito animado) él miraba, claro esta que supongo que por el sonido , no por reconocerse. Cuando le acercaba la mano , inmediatamente se montaba como si se tratase de un ascensor.

    Unos amigos quedaron encantados con este animalito por lo que decidieron adquirir unos en una tienda de animales. Para mi sorpresa cuando fui a su casa y los coji con mi mano me mordieron!

    Yo creo que todo esta en la paciencia y en aceptar ...

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  7. Voy a abusar de tu confianza, (si, igual que todas esas madres que saturan nuestros móviles con sus bebés jejeje) y te pongo una foto de los jerbitos que tuve posteriormente, así te haces una idea de cómo son:)

    http://lamaletadefotos.blogspot.com.es/2013/09/un-milagro-en-equilibrio.html

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  8. Super bonito de verdad! Al inicio son algo complicados pero se les agarra cariño

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