este verano, me siento feliz. El sol colándose entre las persianas, las mañanas húmedas, las brisa que sube de la playa por las calles del barrio, las lecturas a la sombra, el pelo mojado, las marcas del bañador, el cloro y el azul piscina, las noches y las sábanas blancas. Hacía tiempo que no me sentaba tan bien el verano. Esta sensación de serenidad, dulce, cálida
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