martes, julio 17, 2018

He estado tanto tiempo esperando



Ayer, en el concierto de Future Islands, me encantó el nervio de Samuel T. en el escenario. Lo que me gusta de él es que parece un tío normal, ni feo, ni guapo, ni moderno, ni delgado, pero canta y se transforma en algo inigualable. Me encantó escuchar Seasons en directo, y desgañitarme cantando I've been waiting on you... y sí, he estado esperando. Disfruté con todas las del disco del año pasado, que está lleno de melodías cristalinas y desgarradas. Me lo pasé muy bien viendo todo el espectáculo de cerca, el sudor, las luces en la cara, el calor, la vibración de las tablas del escenario... Cosas que no se viven en un festival cuando ves a un grupo por una pantalla gigante. 

Descubrí a Hurray for the Riff Raff, la telonera, que tiene un tema muy bueno, Hungry Ghost, aunque me gustó mucho más en directo. A ratos, me recordaba un poco a Manhattan de Cat Power.



Después de tanto tiempo contando mi particular tristeza, tengo pendiente hablar de mi estado actual, que es todo lo contrario. Es una sensación de calma, es algo así como verlo todo, de nuevo, iluminado. Ayer se lo dije por primera vez a un amigo. Le dije "empiezo a sentir que he dejado la depresión atrás". Después de cuatro años, sé muy bien lo que es y no es. Me prometí que cuando estuviera bien, hablaría sobre ello, para servirle de ayuda a alguien, pero lo cierto es que no sé por dónde empezar, y no acabaré hoy. Puedo dar un breve apunte. 

Recuerdo que en 2013 me diagnosticaron la primera... (no me lo creí, de hecho, me costó varios años saber lo que era y aceptar lo que ocurría). Y aunque en muchos momentos sentí que jamás dejaría atrás ese estado espeso, esa arena movediza, ese laberinto doloroso que interfería en mi vida, ahora sí siento, con seguridad, que estoy en otro lugar. Podría decirse que he encontrado el camino a casa y vuelvo a ser aquella persona a la que tanto eché de menos, ese alguien irremplazable que era yo misma. No ha sido fácil y no ha habido ningún acontecimiento extraordinario que haya hecho que cambiara todo de golpe. Yo esperaba eso, pero no ocurre así. Es una acumulación de pasos, y tampoco sé cuáles son. No ha sido un milagro. No ha sido de la noche a la mañana. No ha sido por nadie, ni por nada. Está siendo, cada día.

(Por favor, si estás en ello, no desistas. No comprendes nada, no te reconoces, pero sigues ahí. Siempre había querido decirle esto a alguien, o que alguien me lo dijera a mí).

4 comentarios:

  1. Bufff... Te estoy aplaudiendo, Paola. Me alegro tantísimo de que te encuentres recuperada... Y que quieras contarlo para ayudar a otras personas me parece una genialidad, un gesto precioso. Te mando miles de besos.

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    1. Gracias, desbordamientos. Sabía que serías una de esas personas nque compartiría mi alegría. Te mando un abrazo

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  2. Hola,
    te leo desde que tenía 18 años y ahora tengo 31.
    De hecho, hasta me compré un libro de color naranja, que no recuerdo el nombre, únicamente porque tú participaste. Aunque nunca te había comentado absolutamente nada. Entonces, la pregunta es, ¿Por qué hoy sí? No lo tengo claro, pero el tema de la depresión es suficientemente importante como para escribirte y darte las gracias por lo que escribes y por tu último párrafo.

    Un abrazo,
    Maria.

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    1. Hola Maria! qué emocionante tu comentario. Que lleves Tanto tiempo por aquí... me emociona. Muchas gracias por comentar hoy, en esta entrada, que sin duda es una de las importantes en esta narración de mi vida o algo así :)

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