He descubierto un lugar que ya conocía, pero la verdad es que nunca le había prestado demasiada atención. La otra tarde lo vi con ojos nuevos. Se oye y se ve el mar, pero no es la playa. Las olas rompen en unas rocas falsas, puestas allí, como de repente, como sin ton ni son, pero encajan. El sol se refleja en las escalerillas que entran en la piscina de mar. El agua golpea el metal y se mueve con brío, como una corriente, una corazonada.
Me sentí a salvo y con mucho a lo que temer, al mismo tiempo, pero con esperanza de poder volver a creer en todo lo que nos va manteniendo a flote. También pensé que era un buen lugar para besar a alguien por primera vez, pero no puede ser un beso random. Alegrías. Sólo alegrías.
Los lugares pueden ser falsos, un decorado... lo que se siente en ellos, no
ResponderEliminarCuántos besos perdidos en lugares que no merecieron la pena, ains.
No subas fotos a las redes asociales o se llenará de gente sacando otras fotos para que más gente se entende de que ese lugar existe.
ResponderEliminarSaludos,
J.