Me sorprende descubrir detalles nuevos en el cuadro que encontré encima del buzón. El otro día me di cuenta de que en uno de los edificios hay unas buhardillas muy bonitas, tipo parisinas. Mientras desayuno me imagino viviendo en una de esas buhardillas, asomándome, cerrando los ojos llenos de sol, pasando el rato mirando por la ventana al anochecer. El último descubrimiento ha sido esta mañana, entre las casas que hay frente a la playa del cuadro, hay un hueco. Un hueco para mí. O para la persona que lo pintó.
La perri ya sube de la calle con la lengua fuera. Calor moderado.
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