martes, febrero 28, 2017

A muchos kilómetros








La playa vacía y en día nublado es como una despedida de la que ya hace mucho tiempo. Tiene un encanto especial. Me ha parecido cruzarme con Alison preparándose para un nuevo turno de mediodía en el Lobster Roll, en Montauk. Cuando los días están así y yo estoy con la perri paseando siempre me parece que estamos lejos, a muchos kilómetros. Me gusta.

La perri corre como una liebre y se pierde entre la arena. Hoy se ha mojado un poco las patitas jugando en la orilla y ha vuelto orgullosa con un palo en la boca más grande que ella. Y me lo ha dejado a los pies como una ofrenda.

Me he comprado una botella de vino tinto  y queso para una velada conmigo.

Viendo ayer  la serie Big Little Lies decidí que uno de mis directores actuales preferidos es Jean Marc-Vallée. Siempre tiene un gusto exquisito para la música. Recomiendo C.R.A.Z.Y.  y Café de Flore, menos conocidas que Dallas Buyers Club,  pero excelentes, sobre todo la primera, que me encantó hace unos años.

Mañana ya es marzo. Los meses pasan. Yo querría que, por deferencia, se detuvieran. Que se manifestaran por mí. Una gran manifestación. Una huelga general de meses y estaciones.




lunes, febrero 27, 2017

Compañeros fake







He seguido a unos ficticios compañeros de trabajo, como si fuera a desayunar con ellos. ¿Viste lo de que se equivocaron en los Oscars? Cuando estás contenta hablas de esas cosas y de muchas más que no tienen importancia alguna. 


Me encantan los lunes porque la gente va a trabajar y todo vuelve a su estado natural. Yo no trabajo pero que los demás lo hagan me da paz. Los fines de semana me parecen un accesorio del que podría prescindir en estos momentos. Supongo que me he convertido en el Mr. Scrooge de los fines de semana. Me dejo llevar por la corriente a regañadientes. Luego me enfado conmigo misma por esta actitud tan poco constructiva. Pero sobrevivo, ¿no?  Sobrevivo y me mantengo a flote. 

Los inicios de semana son una manada de unicornios esperanzadores. 

Sigo con mis dolores estomacales. La perri tampoco está fina. El fin de semana nos deja del revés. Hoy he ido a comprar verdura y fruta. También he puesto el soporte del candado en U a la bici. ¿Cómo no lo había hecho antes? Es muy cómodo. ¿Y si tengo más soluciones olvidadas en el cajón? 

He pasado la mano sobre las pechinas de la playa. Las diminutas pechinas. Me gusta tocarlas y tenerlas entre los dedos. 

He decidido dejarme media melena. Es un plan fácil porque no tienes que hacer nada al respecto. Únicamente esperar a que crezca.

Sigo con la novela. Aunque suelo dejar los capítulos a medias y luego no tengo ganas de retomar la escritura. Ya voy por el noveno. Mañana empezaré el décimo. Y así.

Luego llega el día en el que todo vuelve a funcionar de nuevo. 

No me siento sola. Bueno, tal vez un poco sí. Pero no es algo que se me pase por la mente. Creo que la soledad no es exactamente algo que esté ocurriendo en estos momentos. Tal vez sea frustración. Mis desilusiones son fruto de poner más corazón que cabeza en las cosas. Así que puede que incluso esté aprendiendo algo. Vaya puto agobio.  



sábado, febrero 25, 2017

Refugios




Ayer me desperté y tenía cuatro mails de personas. Me alegré mucho. Estaba lloviendo. Era una lluvia hermosa. Y las gotas se quedaban atrapadas en las cuerdas de tender, pero luego volvían a caer.

Me pasé el día tocando la guitarra. La enchufé al ordenador y le puse un amplificador y varios pedales de ditorsión y estuve tocando una y otra vez  Starman, de David Bowie. A la perri no le gusta demasiado cuando distorsiono la guitarra, se asusta.

Por la noche quedé con "mi contacto" para que me diera la entrada del concierto. Ffnalmente me pudo conseguir  dos. Así que en el último momento  invité a C a venir. Llegó en taxi porque salía de trabajar tarde. Había tomado marihuana y le había sentado rara y estuvo muy callada y rayada. Yo le dije que si se encontraba mal la acompañaba al lavabo. Pero cuando James Rhodes ya iba por la mitad del concierto, C me hizo una señal de OK, y me dijo "ya estoy bien". Y volvía a sonreír como siempre. Me concentré mucho en la música durante el concierto y en las luces lilas, y en el techo. Estuve muy atenta a todas las explicaciones que James daba entre pieza y pieza, aunque ya las había leído en el libro. Fue emocionante. Luego nos fuimos a tomar algo. Volví a casa sonriente.

Esta mañana no  me podía levantar. Se estaba tan bien en la cama. Cuando por fin lo he logrado, he visto que la perri estaba tomando el sol, y me ha hecho gracia esa especie de vida autónoma. ¿En qué piensan los perros?

He bajado a comprar y en el ultralocal había concierto. He entrado y estaba bien. Había bastante gente en la calle bebiendo y charlando. Se me ha contagiado la alegría. Después de comer me he acordado de g. y del día del open record store, y en que la luz y las cosas son igual que entonces. Sobre todo la luz.  Pero en realidad nada es igual. Es como cuando vuelves a un lugar del pasado y aunque todo siga de la misma forma sabes que es absolutamente distinto. Querer a alguien a quien no puedes querer es una catástrofe de dimensiones íntimas. Me he metido de nuevo en la cama, me sentía abrumada. Y la luz seguía siendo la misma, todo el tiempo.  Creo que cuando tengo subidas de alegría de algún modo se vengan de mí, después, con bajadas repentinas.

Voy a refugiarme en la guitarra y a esperar que pasen las horas.




viernes, febrero 24, 2017

Si escuece

@aureaeme


Me despierto. Me vuelvo a dormir.

Me levanto a las 12:45. Desayuno y como, todo a la vez.

Hago arreglos en casa. Cambio, por fin, la bombilla de la cocina, y desde lo alto de la escalera se ve todo distinto. Oh, la luz. Bienvenida sea. Vuelvo a empalmar los cables de una lámpara rota (la mordió la perri, por suerte estaba desenchufada). Me siento muy empoderada cortando el cable con el... no sé cómo se llama la herramienta. Ordeno lo libros de la estantería. Cuelgo unas postales en mi habitación porque tengo la sensación de que es un lugar vacío y necesito llenarlo. Me encanta que me escriban postales. Sólo lo hacen dos personas, pero lo hacen muy bien. Desde Madrid y desde Los Ángeles. 

Alicate, creo que se llama alicate.

Rompo con un martillo cinco bombillas fundidas. Siento placer. 

A falta de pan.

Llevo dos días sin llorar. Me preocupa. Tengo dolor de estómago. Sin embargo, puede que sea algo real, y que me sienta mejor. Hacerse añicos y desmenuzarse tiene fin y un fin. Hoy he pensado en un viaje por carretera con mi coche. Me llevaría a la perri. Tal vez por el sur, a finales de abril o principios de mayo. Pensarlo me entretiene. El sur es barato. 


Tengo ganas de que me escriban mails personas, y no newsletters. 





jueves, febrero 23, 2017

Días...









Me despierto. Estoy bien, pero cansada. Vamos a desayunar, perri.

He soñado que no podía dormir. En mi sueño de insomnio me levantaba, abría el tercer cajón de la cocina y me tomaba un lorazepan o un alprazolam –me daba igual uno u otro.

Luego he estado pensando que tal vez no era un sueño y que era verdad, pero no estoy segura.

He desayunado viendo una entrevista de Virginie Despentes. Se encendía un cigarrillo y me parecía poderosamente atrayente, como si disparara una pistola. La entrevista era interesante. Me estoy preparando para empezar a leer "Vernon Subutex". Pero primero tengo pendiente "Que me quieras", de Merritt Tierce. Ayer acabé "Basado en hechos reales", de Delphine de Vigan. Me ha gustado, es una novela de esas que enganchan hasta el final.

Playa. Caminar es bueno porque avanzamos simbólicamente.

Ayer hablé con una chica en la playa. Tenía unos brazos fuertes, muy fuertes, y una cara muy dulce. Una sonrisa muy bonita. Me pareció muy guapa. Todo muy. Llevaba el pelo muy rapado y recordé mi sueño de la noche anterior. Tenía muy tatuadas las montañas de joy division. Bueno, montañas, yo le llamo montañas. Se paró porque la perri salió corriendo tras ella y blablabla. Nos volvimos a encontrar a la vuelta. Ella iba cogiendo pechinas. Me dijo "hace un día genial, pronto nos podremos bañar". Y yo sí. Sí. Sí. Sí. Yo sólo decía Sí. Las perras se lo estaban oliendo todo. Me dieron mucha envidia... Luego, la perri le daba besos en la cara. Y su perra me daba besos a mí. Volví a encontrármela en las escaleras quitándose la arena. Nos volvimos a saludar. Adéu. Fin. Offline.

Hoy, un chico estaba con la guitarra en los bancos del paseo, pero no pedía dinero, era como si estuviera allí pasando el rato. Ha empezado a cantar una canción de Jonnhy Cash, la de I walk the line. Yo he puesto cara de conozco bien esa canción. Ha sido bonito. No sé cómo describirlo. Tenía buena voz.

He vuelto por la rambla y me he parado un rato frente a la casa superviviente. Al lado están construyendo y se ha quedado ahí, en medio de la nada.















martes, febrero 21, 2017

Preguntas

Me despierto. Estoy feliz. Vamos a la playa, perri.

Caminamos hasta la nudista.  El agua está fría. Pienso en que me gusta mucho la playa en invierno y en que todo está bien, y en que oye, ¿me estaré curando? ¿La primavera furtiva ha dejado de molestarme? ¿O es sólo hoy? 

Mañana lo sabré.


lunes, febrero 20, 2017

Extrañeza






Me despierto. Sol en las fachadas. Estoy tristecontenta. He soñado que me rapaba al 1 y que cenaba con mi madre en un restaurante francés.

Es lunes. Inicio esperanzador, calmachicha, o algo así.

La perri escondida entre el montón de ropa por lavar, me ve y empieza a mover la cola a cien por hora y parece que va a salir volando.

Me queda bien el flequillo.

Voy a desayunar. Hablo con el camarero.  Me dice, a que hago bien los cafés, le digo que sí, que muy bien. Me hago la simpática en chándal.

Salgo al balcón y Stranger Beast ha dado una hija fálica. No sé si me da pena o alegría, lo dejo para luego porque no tengo tiempo de decidir emoción.

Me visto. Me queda bien el pelo.

Echo vistazo antes de cerrar la puerta y la perri está sentada en medio del pasillo, mirándome.

Me bajo del metro. Paso por delante de un bar muy feo que se llama DNI y en el que recuerdo que hace dos años tomé una cerveza y me fijé en el nombre y pensé que era un despropósito de bar. Y veo una tienda que venden únicamente camisetas de freedom for catalonia, pero en varios colores, modelos y texturas. Y pienso en familias paseando por la montaña el domingo con los distintos tipos de camiseta.

Tengo entrevista. Llego 10 minutos antes. Me pongo nerviosa. Entro al lavabo y me digo, estoy bien, estoy bien. Salgo de nuevo al escenario. Me dicen que les gusto.

Camisa de manga corta. Calor a mediodía en el centro. Extraña alegría. Me sube a la cabeza. Me pongo nerviosa otra vez. Me duele la cabeza. Me da vueltas la plaza urquinaona.

Paso por Inspección Educativa a recoger un certificado y cierra a las 13:00. Vuelve mañana, dice. Buen horario, ¿poco que inspeccionar?

Me hago la comida. No tengo hambre. Sol. Extraña tristeza de repente.

Segundo capítulo de Girls de la última temporada. Extraña alegría. Sofá. Me río cuando Jessa le dice a Shoshanna "¡madura!" y cuando Elijah dice "me aburro". Desi es adicto a algo que no sé qué es. Me gusta el personaje de la tienda de trastos cuando dice "estoy viviendo mi verdad".

Me como un plátano. Pienso en el juego de "esto no es un plátano". Vuelvo a mirar a la hija fálica.

Se me mezcla todo, la alegría. la tristeza, la extrañeza y los nervios. Y rompo a reír-llorar.