domingo, febrero 28, 2021

Llegar de noche a Venecia



Hay muchas cosas que me inquietan, en estos momentos. Algunas son banales, como llevar todo un año intentando que los del seguro de la comunidad vengan a arreglarme los desperfectos que causaron las goteras por el mal estado del terrado. Y no hay manera. Hubo un error en el parte que dio  el seguro, o no sé qué historias me cuentan desde hace 10 meses. Llamo cada semana. Y les he escrito muchos mails. No me hacen caso. Tampoco me hacen caso mis vecinos, que siguen haciendo ruido hasta las tantas, días sí día no. He hablado mil veces con ellos. Normalmente el que media es muy educado y pide disculpas y apaga la música y se trasladan a otro lugar de la casa a seguir hablando a gritos, porque no saben, por lo visto, hablar de otra forma. Tengo unas ganas de que abran los bares y las discotecas, espero que cuando puedan volver a salir, no pasen tanto tiempo en casa haciendo ruido por las noches. Gente desubicada de 40 años.  El mediador ya no vive en la casa y los que quedan son unos bordes, maleducados y un poco violentos, por cómo me han cerrado la puerta. Encima del buzón se les acumulan multas de tráfico, cartas de hacienda, de la inmobiliaria, del juzgado... No las cogen.  Me temo que no hay solución y que voy a ser yo quien deba adaptarse (no sé cómo todavía, lo descubriré, he decidido darlo por perdido) o morir de sueño.

Estas son las banales. Aunque el insomnio no lo sea en absoluto, está jodiéndome el descanso.

Las importantes son la enfermedad de mi madre y, este último mes se le ha sumado la enfermedad de mi perra, que tiene mal las patitas y le duelen. La enfermedad de mi madre me da miedo, sencillamente eso, miedo porque la veo sufrir, miedo cada vez que nos dan el resultado de alguna prueba, miedo a que no se cure, miedo a que se muera. Ya lo he dicho.

No hallo, de momento, algo que amortigüe estas preocupaciones, una vía de escape, algo que le dé un poco de alegría o un sentido. A veces, la música me evade. También el sol, ver el sol por las mañanas. Ver a algunas amigas, juntarme con los del grupo. Ayer imaginé con todo detalle que iba al aeropuerto y llegaba a Venecia de noche. Me subía al vaporetto y atravesaba el  Gran Canal con el reflejo en el agua de las luces de los palacios y ventanas iluminadas. Y el silencio de las calles vacías, sin turistas, y los puentes, solo se oía la sirena anunciando acqua alta. Llegaba a mi casa, a mi casa imaginaria, y me abría una botella de vino y miraba por la ventana. Tengo muchas ganas de escaparme y de huir un poquito. De estar conmigo en otro contexto.

Solo se trata de una etapa un poco mala, que se está alargando. Una etapa de desencanto, decepciones, desilusiones, necesidades al descubierto. Un día acabará y empezará otra.



10 comentarios:

  1. Mal dia para soñar con una Venecia irreconocible..cuando se juntan los problemas banales y los realmente importantes..no conseguimos un instante de paz..de sosiego...tu tienes la musica
    y cerca el mar...
    Etapas...
    Aimo y fuerza...

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  2. Anónimo11:39 a. m.

    Pasará la etapa, igual que acaba pasando todo...
    Canisil es un antiinflamatorio homeopático para perrines que suele ser mágico, de verdad... No sé si es lo que le pasa a tu perrita, que se le inflama algo en las patas. Pero si es así, te recomiendo probarlo...

    Sobre lo demás solo puedo mandarte ánimos

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    1. Hola! Pues sí, es justo lo que le pasa. Voy a mirarlo. Está tomando uno pero no es homeopático, le preguntaré a la veterinaria. Mil gracias!

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  3. Anónimo11:45 a. m.

    https://www.labo-demeter.com/es/perros/9-1-canisil.html

    Te prometo que no me dan comisión ni nada :) Simplemente he visto como curaba cosas imposibles a perros a mi alrededor...

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  4. Cuando he visto el título he pensado que realmente habías viajado a Venecia. Por un momento me había olvidado de que lo de viajar ahora como que no.

    Creo que el no poder escaparnos a otros sitios nos permite (o nos obliga) a ser mucho más conscientes de las pequeñas y grandes cosas que nos rodean.

    Un día se acabará... Y probablemente cuando eso suceda tardemos un tiempo en darnos cuenta. Al menos yo, que soy lenta, creo que tardaré un tiempo.

    Un saludo.

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  5. Que te toquen unos vecinos así es de las peores cosas que te pueden pasar, es insoportable. Intenta joderles la vida todo lo que puedas y no te cortes un pelo en denunciarles a la policía, diles que sospechas venta de sustancias ilegales en su piso y se les acaba rápido la tontería. No tienes por qué vivir aguantándoles. Te lo comento porque yo he vivido algo parecido y dejaron de incordiar, qué asco de gente.

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  6. Ya lo has dicho, sí... quizás sean las palabras más complicadas de decir y ayuda mucho ponerlas por escrito, verlas ahí, teniendo vida propia, dejando de ser tuyas...

    ¿sabes?, no he estado en Venecia, pero acabamos de ir juntos al leerte.

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  7. Anónimo11:13 p. m.

    Por un momento me he teletransportado por esos canales venecianos.
    Prueba la acupuntura con la perri, da muy buenos resultados.
    Ánimo verás como todo se irá solucionando
    &

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  8. Tuve problemas por un tema parecido, justo porque, supongo que, como tú, me pasó en plena pandemia. Fui a la OCU y les puse una reclamación, tardaron nada en venir. Lo digo por si te sirve.
    La única vez que estuve en Venecia llegamos de noche, de hecho, fuimos a pasar la noche de Carnaval allí, para luego empalmar y volver a Firenze. Así que tal vez me ponga a soñar en cómo es Venecia de día, he, he.

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