sábado, junio 22, 2019

Fiat punto atrotinado



Estoy en mi lugar favorito.

No lo vivo como en el pasado, ya lo comprobé hace un año, pero la calma de las playas sin gente, las tonalidades intensas de azul, el silencio del interior de la isla, los caminos de arena, las dunas desérticas, salir por la tarde en bici como la protagonista de una película de la novelle vague, comer pescado fresco y nadar en aguas tan cristalinas... todo eso sigue dándome fantasía.

Repetir para volver a captar algo. Como en aquellos veranos de mi infancia, tan largos y limpios. A los doce años ya sentía nostalgia. Viajando a lugares distintos también buscaría, en el fondo, la ilusión de hallar algo, el mero hecho de encontrarlo, aquello imposible de poseer, pero que parece real durante unos días/semanas/meses.

Viajes. Uno de los momentos intensos, de los últimos cuatro años, fue aquella mañana de octubre en el parque, a 1 km de mi casa, escuchando los pájaros y el ruido de fondo de los coches en la ronda litoral, y mi cerebro totalmente extasiado por el deseo. Tengo grabado aquel momento de epifanía, cuando me rendí al sí a todo y con todas las consecuencias.

El deseo.

Me protejo pensando que reconociéndolo, controlándolo, evitándolo... también podré esquivar el mal trago que llega después, cuando se fracciona, cuando se divide como un trozo de tierra que se desprende de otro y se aísla. Es como dar vueltas alrededor de una sustancia a la que has sido adicta, con el temor y las ganas de volver a consumirla.

Tengo insomnio. Vacaciones.

Ayer entré en un chiringuito, a la vesprada, después de ducharme. El sol estaba a punto de ponerse, y la luz anaranjada y espesa iluminaba a una chica/chico que estaba bebiendo de una botella de cerveza. Me fascinó. Su cara a contraluz, sus hombros morenos, su pelo despeinado. Me sostuvo la mirada varias veces, como un juego. Minutos más tarde, llegó una chica, la besó en los labios, saludaron con un gesto de colegueo a la camarera y se marcharon en un Fiat Punto atrotinado. Me quedé tomándome un spritz. Tuve una conversación muy agradable con la camarera (la que era colega de mi “deseada”) sobre vivir en la isla en invierno, sobre si había movimiento lgtbi, sobre música, sobre política y sobre algún tema más suelto... Nos dimos dos besos al despedirnos. Nos caimos bien. Le dije que me escuchara en Spotify.

Luego me fui andando a casa pensando en el temor al futuro.

viernes, junio 14, 2019

Fuentes de motivación



Tocar en el Gutter fue como un sueño en el que todo sale bien, sin olvidarse de las trazas de surrealismo (como aquella conversación sobre mi nombre). Después del concierto, cosquillas en el cuerpo y en los ojos, la vida era paraíso y fantasía. El colectivo también vendió bastante, así que no se puede pedir más.

Escribo poco sobre el grupo, pero es una de mis principales fuentes de motivación, junto con mis amigxs y mi perra. Son lo que más me importa. Nunca pensé que la amistad fuera a ocupar un puesto tan alto en mi lista de prioridades. Las personas cambiamos sin darnos cuenta.

Esta noche duermo en un barco. Ayer recordé aquel verano en el que buscaba una piscina y recopilé fotos en google maps. Son esos flechazos veraniegos sin consecuencias. Quiero dibujar piscinas con la escalerilla a un lado.

N me dijo que escuchar a Molly Nilsson era estar muy lejos de todo. A mi me evoca felicidad. 




sábado, junio 01, 2019

No es agosto



He tenido pesadillas. La perri tampoco se encuentra bien. Está triste y se queja de algo. Creo que detecta mis malos rollos. Hoy parece agosto. Un día de esos en los que todo el mundo está fuera de la ciudad y  hace demasiado calor como para hacer algo. Tengo esa sensación espesa en la cabeza, como si me pesara una tonelada. La tristeza pesa como el hierro, y está oxidada, también. Voy a intentar llegar antes de que se me haga tarde...

He tardado solo 17 minutos. Siempre calculo mal las distancias. Entre este párrafo y el anterior, he salido de casa y he cogido la bici para ir al cumple de Enric. Ahora estoy aquí fuera haciendo tiempo porque he llegado pronto. Cuando era pequeña vivía a dos calles, y aquí, justo donde ahora estoy, donde ahora parece una especie de urbanización con zonas ajardinadas, justo aquí había un campamento gitano y mi padre no dejaba que me acercara con la bici.

Me ha escrito A. Com estàs? - Bé, i tu? - Tot bé (silencio) -La veritat es que estic una mica desanimada avui... - Vaja... (Fin de la conversación).
Hace cuatro meses quería formar una familia de gatos y perros conmigo, y hacía que me conocía uno y medio. Luego resulté ser una persona que no la escuchaba ni la tenía en cuenta para nada. Yo solo quería ir despacio, sin agobios.

Bueno, me subo al cumple.





sábado, mayo 11, 2019

Sin filtros ni efectos


Al volver tarde del ensayo, he sentido una puñalada de nostalgia caminando por las calles del barrio y viendo a la gente en los bares. Vic ha dicho “mola, se nota que es primavera.” Y a mí se me ha clavado un centímetro más el puñal. Otra vez aquella sensación de no compartir la alegría colectiva. Nostalgia de los dos primeros meses de este año. Me parece patético que mi cresta de la ola sólo durase dos meses. Me da hasta risa. ¿En serio? ¿Únicamente dos meses después de todo? Podría haber durado más toda aquella felicidad de anuncio... Ahora tengo esta otra, que no vende tanto... la de llegar a casa después del ensayo, picar algo y meterme en la cama tranquilamente. Sin filtros ni efectos. 

¿Cogeré alguna ola más? 

miércoles, mayo 08, 2019

Más agotamiento




Sigo cansada. Tal vez esté agotada de que me exijan más y más en el trabajo, de que cada vez me pidan más dedicación sin nada a cambio. Tengo ideas: subir el sueldo, vacaciones de regalo, jornadas más cortas, jornadas flexibles, que se tenga en cuenta mi opinión, etc.

Tal vez estoy cansada de haber puesto demasiada energía en el grupo. En los últimos ocho meses la música ha pasado por delante de todo.

Me siento tan agotada que tampoco tengo energía para entregarme a los flirteos primaverales ni a la sensualidad. Llevo varios días pensando en alguien en concreto, a quien recuerdo y recuerdo, aunque es bastante inútil hacerlo. Recuerdo la calle en la que vivíamos. Y todo lo demás. No tengo ganas de enumerar. Recuerdo, sencillamente, aquella etapa de mi vida.

Mis nuevos vecinos son más ruidosos, si cabe, que los anteriores. Siempre he sido bastante delicada con eso. En casi todos los lugares en los que he vivido ha habido algún ruido que me ha molestado. Estos se ríen mucho y se mueven mucho... Son unos putos pesados. Ya los odio. Los otros acabaron mal. Risa maléfica. El karma police...Aunque no viene a cuento contarlo. Eran pesadísimos, unos putos plastas.

En fin, ya vendrán días mejores.

martes, abril 30, 2019

Rombos o diamantes


El viernes, después de tocar nos encontramos con un person del raval: el mago julián. Se notaba que tenía práctica barajando cartas pero que en aquellos momentos el alcohol se lo impedía. Eran las cuatro pero no teníamos ganas de marcharnos y y nos bebimos una cerveza con él.

- Escoge una carta

- El tres de corazones

- Yo digo el 4 de picas

Y entonces sacaba de la baraja el 4 de picas y ahí se acababa el no-truco.

Minutos más tarde, sí hizo un truco. Escogí una carta, la marqué con lápiz de ojos y la metí en la baraja. El 9 de diamantes. El Mago le dio a  Dani la cartera y le dijo que se la sujetara (supongo que en ese momento hizo el truco). Después me pidió que mirase dentro de aquella cartera (la suya) y... ¡allí estaba la carta que yo había marcado! Lo más divertido fue que también salieron un montón de cartas marcadas por otras personas... supongo que de otras noches... de otros viernes... o de ese mismo.

Mientras hablábamos con él me estuve preguntando sobre su vida. Me parecía una persona lúcida y en ese punto en el que ve más que los demás. El loco lúcido.

Estoy muy cansada. Siempre estoy cansada. Tal vez necesite alimentarme mejor. O alimentarme más. O dormir más. O descansar más. O pasear más. O nadar más. 

En el concierto del domingo, antes de subir a tocar me metí la mano en el bolsillo de atrás y encontré el 9 de diamantes del viernes. Pensé que podía convertirse en una especie de amuleto, o que tal vez podía traerme la desgracia máxima.  

Con los grupos que llevan muchas bases electrónicas pre-grabadas tengo la sensación de que estoy en un karaoke. Apretan un botón y empieza la canción. Es algo que me tira atrás en directo. No puedo evitar pensar que aquella música que suena de fondo no está viva. Lo práctico de llevar buena parte de la base rítmica e instrumental grabada es que te aseguras que va a ser perfecta, y que va a dar un sonido sin errores (no hay humanos equivocándose en medio del concierto).

No es este el caso de Beach House o Future Islands, que tocan sintes en vivo, y baterías, y guitarras, y bajos... Esa viveza y calidez del momento imperfecto, de la persona tocando tras el instrumento, es imposible de reproducir apretando un botón y lazando una pista multi-instrumental.







lunes, abril 08, 2019

Sesión pop









La canción que pincharon ayer después del concierto de mi banda fue Black Lips, de los Zephyr Bones. La primera vez que la escuché fue en 2016, en el Ultra -Local, en directo, el día del Open Record Store, y aquel instante se convirtió en un puente que me llevó de un deseo a otro. Del recuerdo del deseo por alguien, al deseo en presente por otra persona. Esos momentos visagra en los que, sin darte cuenta, dejas algo atrás y miras adelante, a lo nuevo. 

Cuando volvía casa en metro, de madrugada, cargada con el ampli y la guitarra y los pedales, pensaba en esos momentos en los que a veces soy una caja llena de copas de cristal, y esos otros en los que me siento como un caballo cabalgando. ¿Compatible?

viernes, abril 05, 2019

Luz anaranjada



Estoy haciendo dos canciones nuevas y quiero comprarme otra guitarra y un montón de pedales, pero tengo que ahorrar para las vacaciones. Me gustaría hacer un viaje por carretera.  Me apetece moverme, pero al mismo tiempo necesito estar relajada y sin hacer nada. Fantaseo con hacer alguna ruta, fantaseo con mucha playa, y fantaseo con lagos y paisajes verdes. No se si será compatible toda mi fantasía. Tengo muchas ganas de cambiar de lugar y de estar sola o bien acompañada.

La pesadumbre de las dos últimas semanas ha desaparecido. Qué bien, ¿no? Me siento tranquila, mucho más que hace un mes, por ejemplo.

Mis compañeras de trabajo se pasan el día hablando de vestidos, de alisados de pelo, de pendientes, de looks sexys, de cuerpazos, de zapatos, etc.  Me molesta esa actitud y visión de "lo femenino", me parece sexista, estereotipada... y un millón de cosas terribles.

Fascinada por esta canción de Sharon Van Etten.

martes, abril 02, 2019

Sushi




Esta mañana volvía a estar pinchada la rueda de la bici (como hace dos semanas). ¿Es alguien de la escalera? ¿El vecino que ha dejado de saludarme? La semana pasada me arrancaron la luz trasera, no sé si en la calle o dentro. Me temo que fue dentro. ¿Tendré que volver a subir la bici a casa?

Muy a mi pesar he tenido que coger el metro a las 7:30. He descubierto que lo que huele mal no es la gente, sino los abrigos de la gente, como si fuera una especie de armadura llena de restos.

Hoy ya no tengo un nudo en el estómago. Mi orgullo se va reiniciando.

The Drums ha sacado nuevo disco. No he podido escucharlo, todavía.


viernes, marzo 29, 2019

Varias opciones



No estaba enamorada de ella todavía, pero me gustaba. Esta es mi conclusión.

Lo que peor llevo (siempre) es lo de dejar de ser para alguien lo que eras. Me desubican totalmente estos cambios de rol. Es como si, de un día para otro, una de tus amigas te pediera que te acostaras con ella y fueras su novia o algo así. 

Me he encerrado en casa. Los demás tenían planes que exigían demasiada alegría por mi parte. Esta mañana quería comprarme una entrada para ir a la Becket a ver una obra de teatro, me apetecía mucho, pero he cambiado de idea por la tarde porque me he liado a componer una canción. Curiosamente, inspirada en  X. No tiene sentido alguno que precisamente ahora a mi me dé por hacer canciones a un amor repasado, pero es que las personas somos así, a veces. Un sinsentido. Me apetecía recordarla. El primer día que hizo calor en 2016 y pasamos el día de un lado a otro con las bicis. Ya tengo ganas de acabarla y llevarla al local de ensayo.

Me duele el brazo derecho desde hace una semana.

Trato de volver a situarme en mi mundo. 

Esta vez estoy observándome. Tengo la sensación de haber pasado, los últimos cinco años, recuperándome de relaciones pasadas y/o cambiando de trabajo. Y me aburre, me agita y me aburre. Algo que sabes cómo funciona y es un trámite, es burocracia aburrida, pero sigue jodiéndote. Es hacer caravana en un atasco y sentirte atrapada.

Por ejemplo, ayer tuve la típica tarde de llanto desconsolado. Esta mañana tenía los ojos hinchados. Pero me sentía mejor. Me sentía optimista. Al volver del trabajo, me he parado en el parque de la Ciutadella y me he comprado una lata de cerveza (mi optimismo es sui generis). Se estaba bien. Luego he llegado a casa y me he metido en Tinder. Es la rutina de una ruptura. La rutina del sinsentido.

¿Y mañana qué toca? Mañana, sábado. Pueden ocurrir varias cosas. 

A) Me despierto con energía y me voy a nadar. Creeré que así estoy haciendo algo bueno para mí y me sentiré mejor. Pensaré: “Sigue así y verás como todo se va poniendo en su lugar y pasas página” (jeje, típico). Luego quedaré para tomar vermut, me llevaré a la perri a pasear, y luego iré a un concierto. Hablaré con alguna chica, trataré de ligar o algo así. Pero no ligaré. Volveré a casa. Me iré a la cama con dolor de cabeza. 

B) Me despierto terriblemente mal porque me ha dado un bajón de la hostia que haga buen día, sea sábado y tal. Me acordaré de aquel otro sábado que hicimos tal cosa y tal otra. Lloraré, fumaré, patalearé desconsoladamente hasta que en algún momento me canse o me duerma.

C) Me paso el día viendo todas las temporadas de algo.

D)... (no se sabe)


jueves, marzo 28, 2019

El mundo ya se encaminaba hacia el autotune





Ya no estoy enfadada. Me di cuenta el martes cuando empecé a silbar en la bici, de forma natural, camino al trabajo. El día de ayer, soleado y brillante, fue por momentos molesto, como cuando mis vecinos ponen salsa y yo, sencillamente, no quiero escuchar su música. Ayer sentí tristeza porque es primavera y me gustaría poder disfrutarla.

Mis compañeras de colegio comparten fotos de cuando éramos pequeñas. Yo tenía problemas de adaptación a la norma: ni jugaba con las niñas ni llevaba vestido. Les sacaba medio cuerpo a todos y a todas -por lo visto, crecí mucho más que el resto, de repente. Mi cabeza sobresalía siempre y mis orejas, también... mis orejas eran tan gigantes como yo misma. También tuve mi época de ser la gorda y de tener que lidiar con ello en la puta clase de gimnasia, las dos horas más traumatizantes de la semana y que me hicieron creer que no era apta para el ejercicio físico, cosa que era totalmente mentira. Empecé a disfrutar del deporte justo cuando dejaron de obligarme a hacer aquellas mierda de ejercicios de la clase de Educación Física. Todo ello me ha hecho recordar que lo pasé francamente mal yendo al cole. Todo cambió cuando me vino la regla y adelgacé 10 kg., me dejé el pelo suelto e intenté seguir el "estilo" de ropa de las demás. O sea, empecé a seguir la NORMA. Moraleja: vivir en sociedad es asqueroso/complicado. 

lunes, marzo 25, 2019

Terreno no seguro




El verano pasado llegué a una playa en la que las rocas estaban cubiertas de algas. Se habían secado y formaban una especie de manto acolchado. Tenías que ir con cuidado porque algunas de esas algas habían quedado en el puente entre una roca y otra, y aunque parecía que era terreno firme, si te despistabas metías el pie en el vacío. Era una playa hermosa, solitaria  y con el agua cristalina. Fue un día hermoso a solas.

Estoy en fase de rabia y tristeza. Sé que mis pensamientos no son coherentes ni lógicos y que es una fase que se da en todo aquello en lo que se han puesto expectativas que finalmente no se cumplen cómo esperabas. Me parece molesto volver a estar en esta situación porque había alcanzado un cierto equilibrio en el que estaba  bien sin nadie, y ahora me arrepiento de haberme abierto a alguien tanto, aunque es ilógico pensar así, porque entonces jamás se iniciaría nada ni daríamos paso a ningún cambio en la vida por temor al error. Sin embargo, me hubiera gustado protegerme un poco más, no haberme dejado  llevar tan rápido, yo no quería dejarme llevar hasta estar segura de que no iba a ser algo pasajero, pero confié en exceso, me pareció que podía arriesgarme. La próxima vez seré más cauta. Me pondré más protecciones. Cerrar más mi vida y mi espacio, y cerrarme, también, a entrar en la vida de nadie hasta no estar muy segura de que no es peligroso, de que el terreno es seguro, de que no va a haber un agujero bajo un montón de algas. 






miércoles, marzo 20, 2019

Ceniza



Una desilusión (tal cual), una mala temporada en el trabajo y un desencuentro sentimental,  me han dejado en una especie de limbo en el que, sinceramente, no sé dónde situarme. Llevo meses sintiéndome a prueba y creo que, definitivamente, he suspendido. Y está bien. He suspendido. Casi es un alivio que me hayan dado la nota final, aunque me parezca injusta. Pero, por lo menos, puedo descansar un rato porque se ha acabado la carrera.  Es algo así como encontrarse de nuevo y saludarse, sin demasiada efusividad, pero con cariño. He echado de menos, en el fondo, sentir que nada depende de mí. Que todo sea incontrolable. Es una excusa buenísima para pegarse un atracón de series y quedarse en casa bajo las sábanas, o salir a pasear sin ningún plan por el barrio. O recordar el pasado, que no siempre es mejor, pero en la cabeza sí. Tengo muchas ganas de enfrentarme de nuevo a la reconstrucción, a las cenizas. Ver qué sale de todo esto, ver en qué se convierte, ver cómo me las apaño. 

sábado, marzo 16, 2019

Algo que no dependa de mí

Hace un par de semanas que tengo la sensación de no ser yo. Es algo pasajero. Tengo ganas de llegar a casa. Alguien sabe de qué hablo, estoy convencida. Llegar a casa como una metáfora. No tener que ser nadie determinado, no tener que ser cómo se espera que sea. Tener esa intimidad conmigo. Ver películas. Pasear bajo el sol. Dormirme en el sofá. Leer. Llorar. Soñar con algo que no dependa de mí. ¡Algo que no dependa de mí! Eso sería maravilloso. Un sueño sin esfuerzo ni planificación. Un sueño como los de antes de que apareciera la gente que gestiona emociones y su vida. A la mierda con todo.

sábado, febrero 23, 2019

Robert Smith






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La euforia hizo su aparición, como aquellos aviones que me sorprendían volando bajo sobre la carretera del aeropuerto. Ha sido fugaz y veloz. Todo ha vuelto a la calma y también la melancolía de febrero. También me siento bien así, con mis cosas en la mente y mi corazón bajo las costillas.  Con esta pérdida temporal de esperanza y pasión. Robert Smith, no puedo dejar de sonreír cuando escucho a Robert Smith. ¿Quién soy yo? 

En estos dos años sin relaciones he aprendido a no ser dependiente, todavía tengo que ajustar parámetros, de independiente a egoísta hay un paso corto.
 ¿Por qué me necesitas?  

He cambiado de idea. No me necesitas. Mejor.

domingo, enero 27, 2019

Guitarra azul piscina



No me he ido. Únicamente estoy siendo feliz. Y la vida, cuando se pone así, no se puede analizar demasiado porque pasa muy rápido como para ponerse a pensar en ella. Y no se repite.  A veces pienso en el laberinto  y en cómo encontré la salida gracias a una guitarra azul piscina. ¡Estoy aquí! Aquí, aquí, aquí... y no en otra parte. Es todo lo que se me ocurre.